5 buenos consejos que en realidad son mentiras

A lo largo de la vida, nos repiten ciertas ideas como si fueran verdades absolutas.

Pero muchas de ellas son trampas que te mantienen estancado. Aquí te dejo cinco consejos que parecen sabios, pero que en realidad pueden llevarte por el camino equivocado. Ver Lo que nunca te enseñaron

1. "Si tuviera más disciplina, tendría éxito".

No, no lo tendrías. La disciplina es inútil si te diriges en la dirección equivocada. El problema de la mayoría de los hombres no es la falta de esfuerzo, sino la falta de claridad. Trabajar 16 horas al día en un empleo sin futuro no te hace disciplinado. Te hace ciego. Antes de aplicar disciplina, asegúrate de que estás empujando en la dirección correcta.

2. "Solo necesito pensar de manera más positiva".

Error. El pensamiento positivo sin brutal honestidad contigo mismo es una trampa. No necesitas simplemente “creer en ti mismo”… Necesitas pruebas de que eres capaz. Y eso solo lo consigues con ejecución. No puedes construir confianza repitiendo afirmaciones frente al espejo. La confianza se forja con victorias innegables.

3. "Si gano más dinero, todo estará bien".

El dinero soluciona problemas de dinero, nada más. No arreglará una mentalidad débil, un ego frágil o una falta de propósito. Los hombres en bancarrota creen que el dinero borrará sus inseguridades, pero lo único que hace es magnificarlas. No necesitas más dinero. Necesitas una mente más aguda, un cuerpo más fuerte y un propósito claro. Cuando esos pilares están en su sitio, el dinero llega solo.

4. "El éxito se trata de trabajar duro".

El trabajo duro sin apalancamiento es una pérdida de tiempo. Los hombres más ricos y poderosos no solo trabajan duro, ellos construyen sistemas, dominan la persuasión y controlan su entorno. Un león no persigue ratones. Si tu esfuerzo no está generando un impacto real, estás desperdiciando energía.

5. "Necesito ser un mejor hombre para atraer a mejores mujeres".

Sí… y no. Mejorarte a ti mismo es obligatorio. Pero a quién eliges importa tanto como en quién te conviertes. Podrías ser el hombre más disciplinado y exitoso del mundo, y aun así arruinar tu vida con la mujer equivocada. Elige sabiamente. A quién dejas entrar en tu vida es tan importante como la persona en la que te conviertes. 

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