El color rosa, a pesar de su apariencia llamativa, ha demostrado ser un camuflaje sorprendentemente efectivo en el desierto. Esta afirmación, aunque pueda parecer inverosímil a primera vista, tiene sus raíces en la experiencia militar, específicamente durante la Guerra del Golfo. Los miembros del Special Air Service (SAS) británico, conocidos por su pragmatismo y adaptabilidad, descubrieron esta peculiaridad del color rosa en el entorno desértico de una manera inesperada. Inicialmente, sus vehículos Land Rover estaban pintados de un color amarillo tierra más convencional para el camuflaje en el desierto. Sin embargo, las duras condiciones del entorno, caracterizadas por un sol inmisericorde y un calor abrasador, comenzaron a decolorar la pintura original, dándole un tono rosado peculiar. Este cambio de color, que en un principio podría haberse considerado un inconveniente, resultó ser una ventaja táctica significativa. Los militares descubrieron que, más allá de cierta distancia e...