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La carta de Drácula

En una noche oscura y tormentosa, Abraham Van Helsing, el célebre cazador de monstruos, cabalgaba a través del sombrío bosque de Transilvania.  Una carta urgente del conde Drácula lo había traído aquí, implorando su ayuda para resolver un misterio que ni siquiera el conde podía desentrañar. Ver  Historias de Vlad Tepes, llamado Drácula El viento aullaba entre los árboles, y el aullido de los lobos resonaba en la distancia. Van Helsing llegó al castillo de Drácula, un imponente edificio de piedra que se alzaba como un centinela en la colina. Las puertas se abrieron lentamente, revelando a un Drácula pálido y perturbado. Sin perder tiempo, lo condujo a una cámara secreta en las profundidades del castillo. "Algo terrible ha ocurrido, Van Helsing", dijo el conde con voz grave. "Mis súbditos desaparecen una por una, dejando solo sombras y susurros. Necesito tu ayuda para desentrañar este misterio." Van Helsing, con su mente aguda y su vasto conocimiento de lo sobrenatura

Historias de Vlad Tepes, llamado Drácula

Tras la muerte de Drácula aparecieron multitud de panfletos en Rusia y Alemania contando anécdotas del personaje.  Mientras que en Alemania se remarca su crueldad, en Rusia se le ve más bien como alguien que tiene que actuar así para defender a su pueblo. Las coincidencias entre unos y otros han dejado bastante claro a historiadores que, al menos, a grandes rasgos estas historias han de ser verdaderas. La tradición oral ha hecho llegar hasta nuestros días también muchas leyendas y anécdotas de Drácula contadas por los propios rumanos. A continuación mostramos nueve de las anécdotas más repetidas.   Vlad Tepes, conocido como Drácula 1) La copa de oro: Cualquier ladrón que fuese capturado por Drácula sería empalado. Para demostrar la seguridad que había en la ciudad,  Drácula  colocó una copa de oro al alcance de todos en la plaza central de la ciudad de forma que todos podían utilizarla para beber pero ninguno debía intentar robarla. Y así fue, la copa nunca fue robada. 2) El me