En diciembre de 1968, se desarrolló una cautivadora historia de coraje y resiliencia que capturó la atención de toda una nación. Barbara Jane Mackle, la hija de 20 años de un importante promotor inmobiliario de Florida, estudiaba en la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia, cuando su vida dio un giro dramático. La familia Mackle, que se había refugiado en un hotel en Decatur debido a una epidemia de gripe en Emory, se encontró a merced de dos extraños. Gary Krist y Ruth Eisemann-Schier, haciéndose pasar por agentes de policía, entraron por la fuerza en su habitación y secuestraron a Barbara a punta de pistola. No se trataba de un secuestro cualquiera. Krist y Eisemann-Schier habían planeado meticulosamente una terrible experiencia. Barbara fue transportada a un área remota cerca de Norcross, Georgia, donde una caja de madera la estaba esperando. Esta caja, su prisión durante las siguientes 83 horas, estaba ingeniosamente equipada con bombas de aire, una lámpara a pilas, agua y comi