Zou Ji, del Reino de Qi, tenía seis pies de altura y una figura esbelta. Una mañana se vistió elegantemente, y se contempló en el espejo. ¿Quien es el mas hermoso? - ¿Quién es más hermoso? – preguntó a su mujer –, ¿el señor Xu, de la ciudad del norte, o yo? - Tú eres tan hermoso – contestó su mujer –, ¿cómo puede el señor Xu comparársete? Pero ya que el señor Xu de la ciudad del norte era tan famoso en todo el país, por lo bien parecido, Zou Ji no creyó del todo a su mujer. Repitió la pregunta a su concubina. - ¿Cómo se puede comparar el señor Xu contigo? – exclamó la concubina. Más tarde, aquella mañana, llegó un visitante y Zou Ji le hizo la pregunta. - Ud. es con mucho el más hermoso – replicó este hombre. Al día siguiente, llegó el señor Xu en persona. Tras un análisis cuidadoso, Zou Ji se convenció de que el señor Xu era mucho mejor parecido que él. Se estudió frente al espejo y no dudó que él era de los dos el más corriente. Esa noche