Este texto reflexiona sobre las dificultades y sacrificios que muchos padres de familia enfrentan diariamente, a menudo sin reconocimiento. ¿Sabías que tu marido suele ser regañado por el jefe? ¿Sabías que tu marido suele ser insultado en el trabajo? ¿Sabías que tal vez tu marido hoy arriesgó su vida por ti y tus hijos. ¿Sabías que tu marido puede a menudo contener el hambre para poder volver a casa con dinero? Antes de hacer enojos o críticas para él... Primero cuente cuántos millones de gotas de sudor exprimiste de su cuerpo. Míralo bien a los ojos, tal vez sin que te des cuenta que esos ojos ya derramaron muchas lágrimas para verte sonriendo. Si hasta hoy no ha sido capaz de cumplir todos sus deseos, es sólo por las circunstancias. No hay padre de familia que no quiera ver a su familia feliz. Antes de enojarte con él, observa y reflexiona sobre lo que hace tu marido. Como su marido trabajó duro para satisfacer las necesidades de su familia. Algunos padres no son buenos para contar...