Un día, un joven estudiante naturalista sube con su auto a una vieja barca comandada por un viejito, de cuerpo fuerte y alma curtida. En el viaje el joven, sorprendido por la inmensidad de paisajes del lugar, se bajó de su auto y le pregunto al viejito que estaba ocupado con su trabajo: El Barquero y el Estudiante -Buen día señor, veo que usted lleva mucho que esta en este trabajo. – Si, toda mi vida fui barquero - ¿Y siempre recorrió este mismo camino que estamos recorriendo ahora mismo? - Si, es un camino muy transitado, que me deja el dinero necesario para vivir. - Entonces sabrá usted que son esas hermosas piedras que veo a la orilla, ¿Cómo se llaman? - No señor, disculpe que no sepa responderle, pero no se como se llaman esas hermosas piedras… - Ahhh, entonces, amigo, ha perdido una gran parte de su vida por no conocer la amplia variedad de estas piedras hermosas. El barquero, sin saber que responder, siguió dirigiendo la balsa, mientras el