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Mostrando las entradas etiquetadas como fábulas

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El medio-amigo

Un árabe, sobre su lecho de muerte llama a su hijo y le dice: Dime hijo mío, cuántos amigos te has hecho en esta vida? El hijo le respondió diciendo: creo que he hecho unos cien amigos . Su padre le dijo: el Filósofo dice: ¡No alabes a un amigo antes de haberlo puesto a prueba! El medio-amigo Mira, yo he nacido antes que ti y me he hecho apenas la mitad de un amigo . ¿Cómo es que tu te has hecho ya cien? Ve y ponlos a prueba a fin de saber si entre todos ellos habrá uno que sea realmente un amigo perfecto. Y el hijo le dijo: cómo deberé ponerlos a prueba? El padre le dijo: pon en una bolsa un ternero cortado en trozos, de manera que la bolsa se vea bañada en sangre. Cuando llegues a la casa de un amigo dile: amigo mío por accidente he matado a un hombre, te ruego entiérralo en algún lugar escondido; nadie sospechará de ti y así me podrás salvar. El hijo hizo como el padre le había ordenado. El primer amigo que encontró le dijo: llévate contigo ese muerto sobre tu e

El Hombre y la Serpiente

Un hombre que pasaba por el bosque encontró una serpiente que había sido desenrollada por unos pastores y atada con unas cuerdas. Habiéndola liberado se puso a calentarla. La serpiente, cuando se hubo calentado, comenzó a enrollarse alrededor de su salvador, luego cuando lo hubo rodeado, lo comprimió con fuerza. Entonces el hombre le dijo: "¿Qué haces? ¿Porqué devuelves mal por bien?" El Hombre y la Serpiente Hago lo que me es natural, respondió la serpiente. Yo te he hecho el bien, respondió el otro, ¿y tú me pagas con mal? Mientras discutían así, un zorro fue llamado para desempatarlos por medio de un juicio. Se le presentó todo el asunto, en el orden de lo sucedido. Entonces dijo el zorro: Yo no puedo juzgar este asunto solo por lo que oigo y sin ver con mis propios ojos cuál era vuestra situación. Entonces la serpiente es atada de nuevo como estaba antes. Y bien, serpiente, dijo el zorro, trata si puedes, de escaparte. Y tú, hombre, no te ocupes en liberar la serpien

Ejemplo del ladrón que quiso escoger demasiadas cosas

Un ladrón entró en la casa de un rico y la encontró llena de varios tesoros.  Indeciso Maravillado por ello, no sabía cómo elegir, entre tanta variedad de riquezas, las más preciosas, y apartando lo que le parecía de menos valor, pasó el tiempo preocupado por escoger, hasta que la llegada del día puso de manifiesto sus malas intenciones. Despertados de improviso los guardianes de la casa, encontraron al ladrón distraído en elegir. Así que lo cogen y pegándole con látigos y estacas, lo echan dentro de la cárcel y luego, pronunciada sentencia, una vez convicto y confeso, fue condenado a muerte. El cual si hubiese pensado que había de hacerse de día, bien se hubiera precavido para no ser azotado o, lo que fue peor, para no perder su vida. Del libro DISCIPLINA CLERICALIS, de Pedro Alfonso de Huesca