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Mostrando las entradas etiquetadas como hijo

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La lección de un hijo con su padre

Un hijo llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma. Ver  Cómo nos afecta llevar el nombre de un antepasado Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le acomodó los anteojos. Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre, tam

Las dos pesadillas

Las dos pesadillas que un hijo le cuenta a su padre y las moralejas que de ellas se desprende. —Buenos días, papá. —¿Has dormido bien, hijo mío? —Sí, pero tuve dos sueños extraordinarios. He aquí el primero: un perrillo hacía dar vueltas a una rueda en la herrería. La rueda, al voltear, movía un fuelle que servía para avivar el fuego de la fragua. El herrero ponía sobre el hogar largas tiras de hierro que retiraba cuando ya estaban enrojecidas, machacando sobre ellas con el martillo para hacer los clavos. De tiempo en tiempo, cuando el perro se fatigaba y la rueda comenzaba a voltear más lentamente, el herrero, enojado, hería al perro con alguno de aquellos fierros candentes. Entonces la pobre bestia se lanzaba sobre la rueda y la hacía girar con precipitación. Pero después de mucho trabajar con la rueda, el perro, debilitado ya, se detuvo de pronto y no quiso moverla más. Entonces el herrero, sin compasión alguna, descuelga un látigo que hay sobre la pared, y se pone a

Cómo hacer que tu hijo deje de manipularte

Aprende las tácticas que utilizan los niños para conseguir lo que quieren y qué hacer para evitarlas. "Papá dijo que podía."  "Prometo que lo haré mañana".  "Me duele el estómago, no puedo ir a la escuela."  ¿Te suenan bastante familiares estas tácticas manipuladoras? Por supuesto. Como madre, psicopedagoga y ex profesora, sé muy bien que los niños son maestros en este arte: poner excusas, culpar, y mentir son sólo algunos de los dispositivos que utilizan para conseguir lo que quieren.  Cómo hacer que tu hijo deje de manipularte Lo curioso es que los niños no nacen intrigas y ni formulan de estrategias, simplemente aprenden estas habilidades "útiles". Por ejemplo, una niña de 3 años de edad, descubre que sus lloros son increíblemente eficaces para conseguir que papá le compre un juguete y un otro de 4 años de edad, se da cuenta de que los comentarios que inducen culpabilidad ("¡tú no me quieres!") pueden hacer que m

Tus hijos y el dinero

Existen dos grandes tendencias en lo que concierne a la manera de hablar a los niños sobre dinero, y que se resumen en la pregunta de si es preferible hablarles de manera más directa desde un primer momento, o explicar poco a poco y de forma más metafórica este tipo de cuestiones. Como siempre, la edad y la etapa del crecimiento son factores esenciales.  Tus hijos y el dinero Los padres se enfrentan a un gran número de dudas según sus hijos se van haciendo mayores. La mayor parte de ellas se refieren a la educación afectiva (¿cómo hablarles del amor?), a los cambios que afectan a su cuerpo o a las herramientas que han de adquirir antes de entrar al mundo de los adultos. En muchas ocasiones, los consejos proporcionados por la psicología suelen referirse en temas generales, pero hay diversos aspectos muy concretos que han sido tratados en profundidad. Uno de ellos, cómo hablar a los niños de dinero, ha gozado de un previsible boom durante los últimos tiempos, ocasionado por un

Un trabajo para mi hijo

El muchacho termina el Bachillerato y no tiene ganas de estudiar más. Un trabajo para mi hijo Como el padre es un tipo influyente y de dinero, le presiona: - ¿Ah? ¿No quieres estudiar, hijo? Bueno, yo no mantengo vagos, así que vas a trabajar. ¿Estamos? El padre, que es un hombre con mucho dinero, metido en la política y con influencias, dada su larga trayectoria, trata de conseguirle un empleo y habla con una de sus compañeras de partido que están en este momento en el gabinete, y le dice: - Manolo, ¿Te acuerdas de mi hijo? Bueno, pues fíjate que terminó el Bachillerato y no quiere estudiar el jodido muchacho. Si puedes, necesitaría ya un puesto como para que empiece a trabajar, mientras decide si va a seguir estudiando una carrera... El asunto es que quiero que haga algo, no ande vagueando y esté todo el día en casa sin hacer nada. Y así a ver si se compone y hace algo de provecho. ¿Me explico? A los tres días llama Manolo: - Enrique, ya está. Le consegu