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El necio que cargaba piedras

El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato:  un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. El necio que cargaba piedras ¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro – Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba? Dijo el maestro: – Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos. Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro. Así dijo el Maestro, y los discípulos se hiciero

El camino sabio, Dhamamapada

El camino sabio, Dhamamapada A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar. El ignorante es indulgente con la in atención; el hombre sabio custodia la atención como el mayor tesoro. Esta mente voluble e inestable, tan difícil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero la flecha. Aquel cuya mente no está sometida a la avidez ni es afectada por el odio, habiendo trascendido tanto lo bueno como lo malo, permanece vigilante y sin miedo. Así como la abeja liba en la flor, sin dañar su color y esencia, y luego se aleja, llevándose únicamente la miel, así el sabio pasa por esta existencia Un necio consciente de su necedad es por tal razón un hombre sabio, pero el necio que piensa que es un sabio es verdaderamente un necio. Aun si toda su vida un necio se asocia con un sabio, no comprenderá la Enseñanza, igual que la cuchara nunca captará el saber de la