El presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, recibió a unas mujeres que fueron a pedirle un favor, al mismo tiempo que que éstas se disculpaban por ello:
Lo que al presidente le molestaba de las mujeres |
- ¡Ay, don Antonio! Debe usted de estar harto de nosotras, porque no dejamos de pedirle cosas.
El político, conocido también por su fina ironía, contestó:
- Señoras, a mí las mujeres no me molestan por lo que me piden, sino por lo que me niegan.
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Un sabio este Cánovas, lástima que lo mataran.
ResponderEliminarUn saludo.
Eran años convulsos y había menos seguridad, Cayetano.
EliminarSaludos