Cuenta una historia árabe que un rico mercader salió a vender sus mercancías en compañía de sus servidores y con una caravana de 12 camellos.
Al atardecer se detuvieron en un oasis para pasar la noche, y cuando el señor ya estaba listo para dormir, llegó su asistente y le dijo:
- Señor tenemos un problema, ya hemos amarrado 11 camellos pero olvidamos traer una estaca, y no sabemos que hacer con el que nos falta.
- Muy sencillo, dijo el mercader: basta con simular delante del animal que se está clavando la estaca y se le amarra a ella. El camello, que es un animal torpe, creerá que está sujeto y se quedará quieto.
El camello inmóvil |
Los servidores hicieron lo que dijo el señor y se fueron a dormir. Al amanecer vieron que todos los camellos estaban en su lugar.
Fue de nuevo el asistente y le dijo que tenían los camellos listos para partir, pero que no había manera de poner en movimiento al camello número 12.
El señor le dijo que simularan desatarlo porque creía que estaba amarrado, así lo hizo y la caravana pudo proseguir su camino.
Si piensas que estas vencido, ya lo estás.
La mente lo puede todo...Seguro que si.
ResponderEliminarSaludos Carolus
Y ese poder lo podemos emplear para beneficiarnos o perjudicarnos.
EliminarSaludos, Manuel
Es un arma de doble filo q si descuidamos, se entorpece dando cavidad para ser manipulados y explotados... Cuando educamos la mente con teoria y practica . Nuestros horizontes se amplia al igual q nuestros puntos de vistas.. como criterios..Atte Wilmer
ResponderEliminarA la mente hay que educarla, pero debemos ser nosotros los que mandemos sobre l a mente y no ésta sobre nosotros. Nosotros no somos nuestra mente.
EliminarSaludos, Wilmer
Qué bueno.
ResponderEliminarMás tonto que el camello, creo que sólo queda la oveja.
Un saludo desde 2015.
Tengo una lista de personas (algunas de ellas con vida pública) que dejan a la oveja y al camello en muy buen lugar.
EliminarUn saludo