En los años 90, el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol estuvo al borde del cierre debido a un problema particularmente repugnante e incontrolable. El problema estaba en el último lugar que cabría esperar: los aseos, ¡más precisamente los aseos de hombres! De hecho, muchos hombres tenían la desagradable costumbre de orinar en cualquier lugar, salpicando alrededor de los urinarios. Era una situación realmente desagradable y difícil de manejar. El inodoro fue diseñado para facilitar estas salpicaduras, con paredes verticales que no dirigían el chorro de orina hacia abajo. Esta situación tuvo graves consecuencias: importantes problemas de higiene, aumento de los costes de limpieza y una mala imagen para el aeropuerto. Los responsables lo intentaron todo: carteles, campañas de concienciación, pero nada funcionó. Fue entonces cuando a Aad Kieboom, un empleado del aeropuerto, se le ocurrió una idea brillante, sencilla y, sobre todo, muy efectiva: hizo dibujar una mosca en el centro de cada urin
Seducir a una mujer....Son tan inteligentes, que se dejan seducir por quien ellas han decido previamente....
ResponderEliminarSaludos
Tal vez nosotros tengamos algo mas que hacer y que decir. No creo en estereotipos.
EliminarSaludos
El último título me recuerda a una estupenda obra de teatro. Espero que no se trate del mismo "método". Por lo que intuyo, interesantes lecturas, salvo que no te plantees en estos momentos poner en práctica esa determinada estrategia, tal vez porque a esta altura de la película algunos ya tengamos "todo el pescado vendido".
ResponderEliminarUn saludo.
La obra de teatro que citas es una de las pocas películas que me ha gustado (se aprenden muchas cosas de utilidad) y no me importaría volver a ver.
EliminarUn saludo