Según varias religiones dhármicas, el karma (en sánscrito: कर्म) es una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se genera a partir de los actos de las personas. También conocido como un espíritu de justicia y/o equilibrio.
El karma es una creencia central en la doctrina del hinduismo, el budismo, el jainismo, el ayyavazhi y el espiritismo
Aunque estas doctrinas expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente, el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de «acción» entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto. Según el karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores.
Las 12 leyes del Karma |
En las creencias indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.
Según esta doctrina, las personas tienen la libertad para elegir entre hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir las consecuencias derivadas.
Ahora que hemos explicado los conceptos básicos del karma, podemos empezar a conocer las doce leyes del karma que pueden cambiar tu vida.
1. Ley de causa y efecto.
Esta es, probablemente, la ley más conocida del karma. En esencia, «sembramos lo que cosechamos», lo cual significa que nuestras acciones diarias (buenas o malas) volverán a nosotros.
2. Ley de creación.
Esta ley requiere que nos esforcemos para lograr nuestros objetivos. Si queremos obtener la vida que deseamos, tenemos que actuar para conseguirlo en lugar de simplemente esperar a que suceda. En algún momento, el karma hará que nuestras intenciones den sus frutos.
3. Ley de humildad.
Según esta ley, primero debemos aceptar las circunstancias para poder cambiarlas. Si nos centramos únicamente en lo negativo de un problema o situación, nos estamos comprometiendo en algo que no nos lleva a ningún sitio.
4. Ley de crecimiento.
Si hay alguna cosa de la que tenemos control es de nosotros mismos. El cambio sólo es posible si somos nosotros mismos los que se comprometen a hacerlo. Por esta razón nunca debemos intentar controlar el comportamiento de los demás.
5. Ley de responsabilidad.
Solo tu eres el responsable de las cosas que te pasan en tu día a día, y por esta misma razón debes aceptar las consecuencias de tus acciones sin implicar a nadie más. Cuando sale algo mal, debemos ser autocríticos en lugar de intentar culpar a otra persona. Lo que nos rodea es un espejo de nosotros mismos.
6. Ley de conexión.
Esta ley se refiere a que el pasado, presente y futuro están conectados. Es decir, cada acción forma parte de un «todo» y, por lo tanto, las acciones no son más o menos importantes que otras, ya que todas influyen en el conjunto.
7. Ley de trabajo.
No podemos pensar en dos cosas al mismo tiempo: cuando tenemos pensamientos positivos, es imposible tener pensamientos negativos. Es por ello que, según esta ley, siempre debes centrarte en las cosas positivas y en lo que deseas conseguir.
8. Ley de hospitalidad.
Básicamente consiste en que lo que decimos se refleje en nuestras acciones. También es importante ser desinteresado y no esperar algo a cambio. Todo aquello que decidas hacer, que sea de corazón.
9. Ley de aquí y ahora.
Si vivimos en el pasado o en el futuro, no podemos actuar en el único momento en que podemos actuar, que es el aquí y ahora.
10. Ley de cambio.
La historia se repite una y otra vez hasta que aprendemos la lección. Para avanzar, debemos aceptar el pasado y aprender de nuestros errores y malas acciones.
11. Ley de paciencia y recompensa.
Debemos ser constantes y pacientes si queremos conseguir la vida que siempre soñamos. La recompensa puede no verse instantáneamente, pero nunca debemos rendirnos con nuestros objetivos porque el día menos esperado obtendremos los frutos que cosechamos. «Nada de valor se consigue sin paciencia».
12. Ley de significación e inspiración.
Por último, y no por ello menos importante, esta ley dice que nuestras intenciones influyen en el «todo». Cuando tus intenciones salen de corazón, tus acciones inspiran positivamente al mundo que te rodea y, por lo tanto, atraes la buena suerte y la felicidad a tu vida.
No sé si será eñl karma, pero al final, recibirás lo que has dado muchas veces. Creo que mejor es tratar a los demás como uno quiere que le traten... Cierto es que a veces de cara al público (mi caso), te dan ganas de... pero se supera rápido.
ResponderEliminarSaludos Carlos.
Se suele cosechar lo que se siembra, aunque siempre conocemos excepciones. En tu caso de atención al publico... paciencia, ¡qué te voy a contar que no sepas!
EliminarSaludos, Manuel
Karma o no, lo ideal es mostrar siempre comprensión y empatía hacia los demás humanos. Nunca hagas a los demás lo que no quieras para ti mismo.
ResponderEliminarUn saludo.
Los cristianos no creemos en el KARMA, Jesús tiene una frase mejor : Con la vara que midas te medirán. "
ResponderEliminarNo te metas en problemas, trabaja duro, se humilde, comparte con los demás lo poco o mucho que Dios te da, te irá bien en la vida y ama a tu prójimo como a tí mismo...
ResponderEliminarPienso que estar en paz contigo mismo y respetar a los demas,tu karma estara contenta y limpia.
ResponderEliminar