La Gran Pirámide y datos que no cuadran

La Gran Pirámide de Keops alberga un enigma que raramente es abordado de manera directa por historiadores o arqueólogos. 

Existe un consenso general sobre la estructura de la pirámide: está compuesta por aproximadamente 2.400.000 bloques de roca, con pesos que oscilan entre 2 y 70 toneladas. Estos bloques fueron colocados con una precisión asombrosa, evidenciada por un margen de error de solo 1 centímetro en la base y una alineación hacia el norte con una desviación de apenas 1 grado. Tal nivel de exactitud sería difícil de replicar incluso con las tecnologías modernas de construcción guiadas por láser.

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Sin embargo, lo que realmente desafía nuestra comprensión no es tanto la precisión de la construcción o los métodos de transporte de los bloques, sino una cuestión fundamental: el tiempo que llevó construirla. Esta es la pregunta que merece mayor atención.

Si consideramos un escenario hipotético donde los trabajadores egipcios pudieran cortar, transportar y colocar un bloque por día, la construcción de la Gran Pirámide habría requerido aproximadamente 6.575 años (2.400.000 días divididos por 365 días al año). Esto implicaría que la construcción habría comenzado alrededor del año 9000 a.C., considerando que se cree que fue completada cerca del 2500 a.C. Sin embargo, la arqueología convencional sostiene que la pirámide se construyó en solo 10 años, alrededor del 2500 a.C. Esta afirmación plantea interrogantes significativos.

Si aceptamos la teoría de una construcción en 10 años, asumiendo jornadas de trabajo diurno de 10 horas, cada bloque de la pirámide tendría que haber sido cortado, transportado y colocado a un ritmo de aproximadamente uno por minuto. Esto se traduce en unos 2.190.000 bloques en total (1 bloque x 60 minutos x 10 horas x 365 días x 10 años). Es difícil imaginar cómo un grupo de trabajadores, utilizando herramientas rudimentarias de cobre y sin conocimiento de la rueda, podría haber logrado tal hazaña, manipulando bloques de 2 a 70 toneladas a ese ritmo vertiginoso, sin interrupción, durante una década completa.

Es importante reconocer que la Gran Pirámide fue indudablemente construida por personas que habitaban la región donde se encuentra. Sin embargo, las discrepancias entre los cálculos teóricos y la cronología aceptada plantean preguntas fascinantes sobre las capacidades tecnológicas y organizativas de la civilización del Antiguo Egipto, invitándonos a reconsiderar nuestras suposiciones sobre la historia antigua.

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