Un taxista en Berlín llevaba de pasajera a una monja. Mientras conducían, el taxista no podía dejar de mirarla.
Ella le preguntó:
— ¿Por qué sigues mirándome?
El taxista respondió:
— Quiero preguntarte algo, pero no quiero ofenderte.
La monja sonrió y dijo:
— Querido, no puedes insultarme. He pasado por muchas cosas en mi vida. He tenido la oportunidad de ver y escuchar casi todo, no hay nada que puedas decir o preguntar que me ofenda.
El taxista recobró el coraje y, tras unos segundos de silencio, confesó:
— Bueno… siempre he soñado con besar a una monja.
La monja lo miró fijamente y, tras un momento de reflexión, respondió:
— Bueno, me gustaría cumplir tu sueño, pero primero debes estar soltero y ser católico.
El taxista, emocionado, dijo:
— ¡Sí, lo estoy! Nunca me he casado y soy un católico devoto.
La monja asintió con una sonrisa y dijo:
— Muy bien, entonces detente en la próxima esquina.
El taxista obedeció de inmediato. Se detuvo en una calle apartada, y la monja se inclinó y le dio un beso apasionado. Después de unos segundos, el taxista comenzó a sollozar.
— Lo siento, hermana… ¡te mentí! En realidad, estoy casado… y soy protestante.
La monja sonrió y respondió:
— Está bien, hijo mío… yo también te mentí. Me llamo Klaus y voy a una fiesta de disfraces.
Y tú,
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Eso le paso al taxista por cusco dicen aca en México 🤣🤣🤣🤣
ResponderEliminarMejor se hubieran quedado callado ambos
ResponderEliminarMejor se hubieran quedado callado los dos
ResponderEliminarNinguna mona hace eso, excepto las "monjas jesuitas"
ResponderEliminarBueno en realidad el chiste es parecido al que me contó una amigo español de Madrid. Pero el taxista le dice a la monja; mi sueño es hacer el amor con una monja. La monja le contesta...pero ando en mis días, si quieres hacer el amor conmigo será por atrás (sexo anal). Se bajan del taxi y van detrás de unos arbustos. La monja se desnuda, se y se agacha, apoyándose del árbol. El taxista saca su pene y se lo mete por atrás. Cuando terminan el taxista empieza a llorar. La monja le dice porque lloras. El taxista le dice, eres una monja y te hice pecar. La monja se quita la peluca y le dice. No soy Karla, soy Carlos y voy a una fiesta de disfraces y por eso me visto de mujer, ji, ji, ji, ji......
ResponderEliminarA veces es mejor que no se te cumplan los sueños.
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