¿Quién ganó la batalla de ingenio? Descubre la hilarante historia de un novio astuto, un sacerdote sobornado y una novia que dobla la apuesta. ¡Te sorprenderás!
El novio y la novia ensayaban la ceremonia en la iglesia. En un momento, el novio se acercó al sacerdote en privado y le susurró:
"Padre, aquí tiene doscientos euros. A cambio, me gustaría que modificara un poco el texto. Cuando me hable a mí, ignore la parte de prometer 'amar, respetar y ser fiel a mi esposa hasta que la muerte nos separe'".
El sacerdote tomó los billetes sin decir una palabra, y el novio se fue satisfecho.
El día de la boda, el sacerdote miró al novio directamente a los ojos y comenzó:
"¿Prometes arrodillarte ante ella, obedecer todos sus deseos, llevarle el café a la cama cada mañana y juras ante Dios y esta mujer excepcional que jamás mirarás a otra y cumplirás todos sus caprichos?".
El novio palideció, tragó saliva y, con la cara roja de furia, miró a su alrededor con ansiedad. Su voz apenas fue un susurro cuando respondió:
"Sí, lo juro".
Inclinándose hacia el sacerdote, le murmuró: "Creí que teníamos un trato...".
El sacerdote deslizó los doscientos euros de vuelta en el bolsillo del novio y, con una sonrisa, le dijo al oído:
"Lo siento, hijo. Tu novia duplicó la oferta".
Moraleja: Cuando
crees que eres el más listo, la vida te enseña que siempre hay alguien más
astuto. No subestimes a una mujer. Cuando tú ibas por la fruta, ella ya
regresaba con la mermelada. Ver Las 20 leyes de la astucia
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