Para ser atractivo, sé amable, sé simpático, pórtate bien y mantén buena apariencia. ¿Fácil, verdad? En realidad, no es complicado imaginar qué puede interesar a una mujer en un hombre, aunque cada una de ellas sea un mundo diferente. O, más que un mundo, un universo. Ya se sabe, una personalidad divertida, afable, entretenida o cariñosa es importante –especialmente en el largo plazo–, pero no lo es todo. Lo que muchas veces no recordamos es de qué manera nuestra percepción, nuestra genética y nuestros instintos más primarios interfieren en el camino de nuestras relaciones, en muchos casos, para facilitarlas de una manera que anteriormente no podríamos haber sospechado, en otros casos para entorpecerlas sin saber por qué. A las mujeres les puede gustar cualquier cosa (ahí está el ejemplo de Carla Bruni y Nicolas Sarkozy para corroborarlo), pero la ciencia, en su imparable labor social, ha querido orientar al género masculino sobre qué debería hacer o cómo debería comport