El sentido de la vida y el de la muerte, que van pegados y son inseparables. Estas preguntas ya se las hace el ser humano desde que tiene consciencia, así que no voy a ser yo el que descifre el misterio que a tantas personas ha traído de cabeza. Como Sócrates, solo puedo decir que sé que no sé nada. Aunque esta frase tiene su miga. De momento, hagamos un poco de historia. El Sentido de la vida En el Siglo IV a.d.C. hubo una explosión de sabiduría de la que poco más se ha avanzado hasta la fecha. En la India ya hacía siglos que se opinaba que el ciclo vital era una incesante repetición de vidas y reencarnaciones. Las acciones de una vida determinaban la siguiente. A eso le llaman karma. El sentido de la vida es romper con esa eterna rueda (samsara) y alcanzar el nirvana, o integración con la Unidad (o algo así). El budismo no aporta prácticamente nada nuevo a esa idea, salvo el decir que aboliendo el deseo se puede lograr ese estado. En esa época, en Israel, los profetas del