La agresión en la oficina existe y puede provenir tanto de unos jefes miserables como de unos compañeros tóxicos Los oasis laborales pueden convertirse, a toda velocidad, en ambientes resecos y deplorables, porque la guerra psicológica trepa más rápido que la felicidad, araña con sus zarpas las autoestima y revienta la lealtad y el orgullo de pertenecer a un equipo llamado a hacer grandes cosas y, sobre todo, a hacerlas pasándoselo bien. Hay formas de saltar ante esta agresión en la oficina antes de que se estampe el coche, de administrar al compañero que lo enmierda todo y de no perder los nervios ni, la mayoría de las veces, la sonrisa. Agresión en la oficina por jefes miserables No es lo mismo que el agua sucia de la agresión en la oficina mane de la fuente de un jefe, de la propia cultura de la empresa o de un compañero de igual rango. Los jefes miserables suelen ser de dos tipos: o fuertes y narcisistas o débiles y cobardes. Los fuertes y narcisistas m