El la quería mucho. Un día, ella comenzó a desarrollar una enfermedad de la piel. Poco a poco, empezó a perder su belleza. Resultó que un día su marido se fue de viaje. En su camino de regreso, tuvo un accidente y perdió la vista. Ver 10 mandamientos del matrimonio Sin embargo, su vida matrimonial continuó como de costumbre. Con el paso de los días, ella fue perdiendo su belleza. El marido ciego no lo sabía y no había diferencia en su vida matrimonial. Él seguía amándola y ella también lo quería mucho. Un día, ella falleció. Su muerte lo entristeció mucho. Realizó todos sus últimos ritos y decidió abandonar esa ciudad. Un hombre que venía de atrás lo llamó y le preguntó: "¿Y ahora cómo vas a poder caminar solo? Durante todo este tiempo, tu esposa te estuvo ayudando". Él respondió: "No estoy ciego. Lo hice porque si ella supiera que yo podía ver el estado de su piel, debido a su enfermedad, le habría afectado más que la enfermedad. No la amé solo por su belleza, sino qu