Al llegar, es recibido por San Pedro: -Hmmm... (leyendo el libro de la vida del ateo)... lamentablemente hijo mío, no puedes entrar al Reino de los cielos. Desde joven, te declaraste ateo. Incluso en el lecho de muerte, te mantuviste firme en su ateísmo. Tu lugar está en el infierno. Ver De cómo eligió el infierno tras conocer el cielo y lo que allí le aconteció El ateo desciende a las profundidades abismales, buscando la entrada al infierno. Al llegar se sorprende: el ambiente se asemeja a los grandes casinos de Las Vegas. En la entrada, mujeres hermosas escoltan al ateo. Muy sorprendido, él entra en el infierno y es recibido por un hombre elegantemente vestido con un traje blanco y una flor en el ojal: -¡Bienvenido, amigo mío! – dice efusivamente - soy Satanás, tu anfitrión por toda la eternidad y si deseas algo simplemente pregúntame directamente a mí o a cualquiera de las hermosas mujeres. (Bajando la voz) – ¡la pelirroja del vestido negro te llevará a la locura! La imagen del inf