Sangrando profusamente después de ser alcanzado por la flecha de un cazador, el hombre se apresuró a ayudar al elefante herido. Con gran cuidado y dedicación, vendó la herida del animal y lo atendió durante días hasta que el elefante finalmente se recuperó por completo. Durante este tiempo, se formó un vínculo especial entre el hombre y el elefante, basado en la confianza y la gratitud del animal hacia su salvador. Una vez que el elefante estuvo sano nuevamente, el hombre, satisfecho con su labor, regresó a su tierra natal, llevando consigo el recuerdo de esta extraordinaria experiencia. Pasaron nueve años y, un día, una compañía de circo llegó a Gran Bretaña. El hombre, curioso por ver el espectáculo, decidió asistir. Entre las muchas atracciones del circo, uno de los segmentos más esperados era el que mostraba la domesticación de elefantes. Cuando llegó el momento, un enorme elefante salió de su jaula para realizar su número. Sin embargo, algo inesperado ocurrió: el elefante no obed