Dofi Mamadou combatió de niño en una milicia en el Congo, hasta que un mal día una mina mató a casi todo su pelotón y a él lo dejo malherido. Tras una larga convalecencia, salió de ésta, pero abandonó su fusil. No tenía ni oficio ni beneficio, ni nada que perder, así que atravesó el Sahara, el Mediterráneo y llegó a Europa en una patera. En el norte de África, las mafias del Magreb le hicieron pasar una mala experiencia, dicho de forma suave. Dofi aprendió alemán e inglés. También aprendió a leer, afición que le consumía mucho tiempo libre. Nunca fue muy religioso, su niñez le curó de espanto, como mucho, tenia cierto respeto a la brujería. El caso es que no le dio por leer ni biblias ni coranes. Es más, cayó en sus manos el Mein Kampf de Hitler. Este libro y su autor le impactaron grandemente. A partir de entonces, profundizó a su manera en estas ideas y siguió leyendo sobre biografías de grandes personajes: Gengis Khan, Ciro el Grande, Mao, Stalin, Julio César, Napoleón… Á