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Mostrando las entradas etiquetadas como padre

Lo que nunca te enseñaron: el libro de desarrollo personal que cambiará tu vida

Descubre “ Lo que nunca te enseñaron ”, el libro de desarrollo personal que te enseña inteligencia emocional, resiliencia y crecimiento personal. ¿Qué enseña este libro? Este libro que te enseña lo que la escuela olvidó contarte. ¿Alguna vez sentiste que la escuela no te preparó para la vida real? “ Lo que nunca te enseñaron ” es el libro de desarrollo personal que está transformando la manera en que miles de lectores entienden el éxito y la felicidad. Este libro se ha convertido en una guía práctica para el crecimiento personal, enseñando habilidades que no aparecen en los libros de texto: inteligencia emocional, resiliencia, gestión del tiempo y autoconfianza.  LEER UNA MUESTRA ¿Por qué este libro es imprescindible para tu crecimiento personal? En un mundo lleno de información, lo que marca la diferencia es saber aplicar el conocimiento. “ Lo que nunca te enseñaron ” ofrece estrategias claras y ejercicios prácticos para que puedas: ·     ...

El mejor consejo de un padre

¡Lecciones de vida! 👑 El mejor consejo de un padre: la autenticidad se demuestra, no se dice. Aprende a ser tú mismo sin fingir. ¿Cuál es el mejor consejo que te dio tu padre? El mejor consejo que me dio mi padre fue sin decirme una sola palabra.  Mi padre nunca me habló de autenticidad. Me la enseñó con su manera de vivir. No necesitó discursos. Bastó con observarlo para entender cómo ser uno mismo sin pedir permiso. De él aprendí que la autenticidad no se dice, se demuestra.  Y estas fueron las lecciones más claras: 1. Deja de aplaudir como foca No tienes que imitar lo que hacen los demás. Que alguien viaje a Europa o al Caribe no significa que debas hacerlo tú también. La autenticidad empieza cuando dejas de seguir la corriente solo para encajar. Ver  Una vida auténtica en 7 consejos 2. Conoce lo que realmente valoras Solo puedes ser auténtico cuando sabes qué es importante para ti y actúas en consecuencia. No son tus palabras las que revelan quién eres, ...

Un acto desesperado de un padre que salvó a su hijo

En un hospital de Texas, los médicos informaron a George Pickering que su hijo tenía muerte cerebral. Según ellos, no había actividad en su cerebro y ya no había esperanza de recuperación. La decisión estaba tomada: lo desconectarían del respirador artificial. Pero George no aceptó ese veredicto. Convencido de que su hijo aún estaba vivo, hizo algo impensable: sacó una pistola y amenazó a los médicos, exigiendo que siguieran tratando de salvarlo. Durante tres largas horas, el hospital quedó cerrado mientras la policía intentaba negociar con él. Mientras tanto, los médicos realizaron más pruebas para verificar el estado del joven. A pesar de la presión y el peligro de la situación, George se mantuvo firme en su convicción. Entonces ocurrió algo increíble. Cuando George tomó la mano de su hijo y le pidió que la apretara, el joven lo hizo. Ese simple gesto demostró que aún tenía actividad cerebral y que no estaba muerto, como los médicos habían afirmado. Al ver que su hijo tenía posibilid...

La lección de un hijo con su padre

Un hijo llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma. Ver  Cómo nos afecta llevar el nombre de un antepasado Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le acomodó los anteojos. Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre,...

El cofre de vidrios rotos

Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo.  Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar.  Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana. Ver Lo que nunca te enseñaron El cofre de vidrios rotos El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos. - No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga. Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan. A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego ...

Las dos pesadillas

Las dos pesadillas que un hijo le cuenta a su padre y las moralejas que de ellas se desprende. —Buenos días, papá. —¿Has dormido bien, hijo mío? —Sí, pero tuve dos sueños extraordinarios. He aquí el primero: un perrillo hacía dar vueltas a una rueda en la herrería. La rueda, al voltear, movía un fuelle que servía para avivar el fuego de la fragua. El herrero ponía sobre el hogar largas tiras de hierro que retiraba cuando ya estaban enrojecidas, machacando sobre ellas con el martillo para hacer los clavos. De tiempo en tiempo, cuando el perro se fatigaba y la rueda comenzaba a voltear más lentamente, el herrero, enojado, hería al perro con alguno de aquellos fierros candentes. Entonces la pobre bestia se lanzaba sobre la rueda y la hacía girar con precipitación. Pero después de mucho trabajar con la rueda, el perro, debilitado ya, se detuvo de pronto y no quiso moverla más. Entonces el herrero, sin compasión alguna, descuelga un látigo que hay sobre la pared, y se pone a...