¿Por qué no te callas?, le dijo el viejo Rey que mataba elefantes al gorila rojo, en el muy selvático ambiente mientras bamby, a la sazón ZP, contemplaba la escena con sus asombradas cejas circunflejas.
El agradable sonido de cuando te callas |
Ya dice el proverbio árabe que es mejor callarte si lo que vas a decir no es tan hermoso como el silencio, sabiduría que debería enseñarse en las escuelas, universidades y otros templos del saber para puntuar como asignatura obligatoria, restando puntos por cada sandez que todos expulsamos por la boca muchas veces a lo largo del día.
Decían los clásicos que tenemos dos orejas y una boca no sé si para escuchar el doble de lo que se habla o hablar la mitad de lo que se escucha, que parece que es lo mismo pero no es igual. Aun seguían explicando los antiguos - que casi nadie repasa y así anda todo - que de todo el cuerpo, la lengua es un órgano tan peligroso que está defendido por los labios y almenado por los dientes para vigilar que no se escape y al desatarse produzca un gran desastre.
Aun digo más: el sabio jesuita decía que una vez lanzadas las palabras son como flechas que ya no pueden retornar a arco que las disparó, y que estas saetas suelen acertar en el blanco causando funestas heridas que a la fin y a la postre también hieren al arquero.
El agradable sonido de cuando te callas |
El sabio piensa antes de hablar, calla mucho y habla poco sin disipar la energía, pues las palabras son fuerza que se nos escapa como grave hemorragia cuando no sabemos callar.
El necio parlotea sin sentido, de esta guisa se traiciona y demuestra su necedad, porque cualquiera podemos cometer necedades y como por la boca muere el pez, todos nos arrepentimos muchas veces de lo que nuestra lengua largó.
Hay muchas personas más que deleitar con la música de sus palabras son molesto y atronador ruido con el que nos atormentan, hablando alto y sin sentido, repitiendo, interrumpiendo, maldiciendo, murmurando, mintiendo, enredando, destilando bilis, escuchándose a sí mismos pagados de orgullo y soberbia, necios diciendo necedades, huecos y rimbombantes; en fin, insoportables como diablos abusando de nuestra paciencia.
Estos personajes, cuando al fin se callan, dejan un agradable y hermoso silencio.
Mi abuelo decía que si no tienes nada que decir, mejor callar.
ResponderEliminarSolo habló lo necesario. Hablar demás adorna lo conciso, pero a veces el adorno sale caro...
Lo que pasó con el comentario es que debí poner ahora los amigos, pero cuando uno tiene a los niños encima... ;D
Saludos Carolus
Hay abuelos sabios y otros que no lo son tanto, es una suerte que te toque uno de ellos.
EliminarSaludos, Manuel
Acertadamente ya lo manifestó el grandísimo Pavarotti: "A volte la migliore musica è il silenzio... diciamo"
ResponderEliminarAfortunada frase del gran tenor.
EliminarSaludos, Sergio