Cicerón, que vivió en la época, quizás, más apasionante de aquella Roma corrupta y cruel, más grandiosa y eterna, la desaparición de la República y el comienzo del Imperio, y que sin ser miembro de la privilegiada clase patricia llegó a lo más alto de los cargos políticos, dejó para la posteridad, no solo sus discursos jurídicos, sino también consejos y guías prácticas para los políticos de su futuro.
Si alguna vez les da por ir a hacer una visita a la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, verán en una de sus salas un fresco en el que se ven a unos señores togados (pero con toga blanca) junto con una leyenda que dice: "quosque tandem abutere Catilina patientia nostra". Es una frase de la Primera Catilinaria que Cicerón dirigió contra su enemigo, en las urnas primero y con las armas después, Lucio Sergio Catilina. Las frases y opiniones de Cicerón, jurista, político y estadista romano, siguen estando presentes hoy en día.
Los consejos de Cicerón para gobernar |
Philip Freeman, un especialista en lenguas clásicas, ha compendiado una antología de esas ideas y consejos políticos en un libro intitulado Cómo gobernar un país. Una guía antigua para políticos modernos (Ed. Crítica), y en ella podemos ver que las afirmaciones del romano están de perfecta actualidad. Y si no vean:
1.- El gobernante debe poseer una integridad excepcional
Cicerón pensaba que los gobernantes del país debían destacar por su coraje, su aptitud y su resolución.
2.- Inteligencia, perspicacia y elocuencia
Lo primero que debe poseer el político es conocimiento (meticuloso, decía Cicerón) de lo que habla. Después, debe saber decirlo y para ello debía poseer agudeza y erudición, no solo para elegir las palabras, sino también para saber colocarlas correctamente. En un mundo en el que la oratoria era fundamental en todos los órdenes, en la política se convertía en pieza clave (si bien se ha de tener cuidado, porque Cicerón también pensaba, cosas de su época y de la enorme importancia de la oratoria - no había redes sociales, ni televisión, etc. - que "no hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable"). Curiosamente ya en la época de Cicerón se hacía notar una neolengua (los que hemos estudiado latín en aquel denostado pero extraordinario bachillerato recordamos el nuevo y el viejo latín y sus diferentes formas, incluso, de pronunciación), y contra ella se pronunciaba Cicerón.
3.- La corrupción destruye una nación
Los que sigan estas publicaciones habrán leído los breves apuntes que hemos hecho sobre la corrupción, como aquel sobre...
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Era tremendo Cicerón para dar consejos. Lo que pasa es que los que dimos latín en la Universidad le cogimos un poco de manía, por esa costumbre digna del arte de la oratoria de poner el sujeto de la oración o el verbo principal en la otra punta de la oración que teníamos que traducir: ¿Hasta cuando, oh Cicerón, vas a abusar de nuestra paciencia de estudiantes?
ResponderEliminarMe pillas de milagro. Parto en breve.
Un saludo.
¡Hay que ver lo que llegaron a cundir las catilinarias! No conocía está versión de paciencia estudiantil, solo tuve un año de latín.
EliminarUn saludo, Cayetano
Digo yo...El gobierno de España no ha leído estos consejos...Sobretodo el primero, digo por la aptitud. Coraje no le falta, pero no para gobernar...
ResponderEliminarSaludos Carolus
Ni este gobierno, ni los anteriores ni los siguientes lo leerán. Pero les seguiremos votando encantados de la vida, ya que los votantes tampoco suelen leer, y menos este tipo de textos. Y se nota, vaya que si se nota.
EliminarSaludos, Manuel