Una de las virtudes indispensables que adoptan todos los triunfadores o aquellos que están en camino de serlo es la práctica consistente y efectiva de la disciplina.
La disciplina es la capacidad de trabajar de forma sistemática, persistente y progresiva hacia una meta específica, superando las dificultades y obstáculos que se presentan con una determinación inquebrantable.
Es la habilidad de alinear nuestra visión más profunda con un método tangible de acción que nos ayude a conseguir nuestro propósito y objetivo últimos.
Los 7 principios de las personas altamente disciplinadas
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La disciplina, sin embargo, ha sido y es una de las virtudes más temidas y malinterpretadas que existen. Para la mayoría de las personas la disciplina tiene una connotación rígida, aburrida y escasamente creativa. Largos períodos de trabajo irritante y exhaustivo sustentados por el sacrificio y la autonegación que imposibilita mostrar nuestros mejores recursos y cualidades.
La verdadera autodisciplina no es fruto de un trabajo exhaustivo y pormenorizado en la que todo está absolutamente controlado. Esta virtud nace de la introspección que cada persona realiza en busca de sus objetivos más deseados. Es una introspección sincera, realista, motivante y enérgica, en la cual, encontramos nuestra pasión, decidiendo darle un cauce específico y objetivo.
En palabras del célebre conferenciante de liderazgo Jim Rohn: “El éxito se basa en la aplicación diaria y consistente de la disciplina”.
La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos. Dalai Lama
¿Cuáles son los principios que llevan a cabo las personas altamente disciplinadas?
A continuación, os voy a enumerar siete poderosas claves para elevar el listón de nuestro nivel de disciplina y así conseguir una mentalidad vigorosa y decidida:
1. Elaboran propósitos claros, definidos y específicos
Las personas altamente disciplinadas saben con absoluta precisión y certeza cuál es su propósito y objetivo últimos, así como sus fortalezas y debilidades para alcanzarlo con eficacia. Un propósito bien cimentado supone la base, desde la cual, la disciplina puede asentarse y cobrar forma. Sin un propósito definido resulta imposible enfocarse en un método efectivo que se coordine con disciplina.
2. Modelan comportamientos y conductas exitosas.
Las personas altamente disciplinadas desarrollan el magnífico hábito de modelar comportamientos y actitudes, de aquellos que han tenido un éxito sostenido y continuado, en el área de desarrollo que desean mejorar e implementar. Reúnen la documentación necesaria: libros, conferencias, cartas, biografías y artículos que desgranan ampliamente la manera de pensar y actuar del mentor que desean imitar. El proceso de modelado es clave para el éxito.
3. Utilizan la imaginación de manera creativa y dinámica.
Diversos estudios de neuropsicología avalan el tremendo poder que posee la imaginación como recurso para engendrar una visión poderosa, motivante y positiva acerca de lo que se quiere conseguir. No hay una diferencia emocional en torno a lo que suscita una experiencia real o imaginada, por tanto, las personas disciplinadas utilizan la imaginación para crear imágenes sensoriales (auditivas, gustativas, olfativas, cenestésicas y visuales) ricas de detalles en las que se perciben y aprecian con su propósito ya conseguido. Estas imágenes constituyen poderosas anclas que instan a las personas a cumplir con mayor motivación su plan de acción definido.
4. Potencian sus recursos y habilidades de la mejor manera posible.
Las personas altamente disciplinadas se enfocan en sus recursos y habilidades, extrayendo de ellos el mayor partido posible. Son capaces de evaluar con exactitud como usaban esos recursos en el pasado, reviviendo de esta manera las actitudes positivas concretas que produjeron éxito. Se centran en posibilidades y oportunidades, nunca en miedos ni posibles fracasos. Si cometen un error no lo ven como algo negativo a rehuir o rechazar, sino como una enseñanza o recordatorio que producirá futuros éxitos más adelante.
5. Creen inquebrantablemente en sí mismas y poseen confianza.
Las personas que aplican consistentemente la disciplina, poseen una creencia irrenunciable sobre sus capacidades y talentos propios. En mis conferencias suelo decir una frase que inspira a la autocreencia: “Aunque nadie crea en ti y en tu visión, tú tienes la genuina capacidad de iluminar tu creencia sobre lo que deseas alcanzar. Tu mundo interno te pertenece”. Una disciplina llevada eficazmente a cabo genera una gran confianza sobre tus capacidades, retroalimentando a su vez tu creencia principal acerca de lo que eres capaz de alcanzar.
6. Planifican y organizan sus metas de manera eficiente.
La planificación y la organización son dos recursos fundamentales que rigen el comportamiento de las personas altamente disciplinadas. Fraccionan su meta principal en pequeños objetivos diarios debidamente organizados en un plan de acción concreto y mensurable. Establecen objetivos a corto, medio y largo plazo, logrando de esta manera un organigrama amplio que abarca el todo y las partes concretas de ese todo. Y por último, establecen mecanismos que ayuden a priorizar las tareas que resultan ineludibles en pos del objetivo final que se desea conseguir.
7. Aprenden de manera constante e ininterrumpida.
El aprendizaje constituye una de las premisas básicas para lograr una disciplina competente. Las personas altamente disciplinadas tienen absolutamente claro que la clave del éxito consiste en una dedicación constante y entregada a una formación intelectual, psicológica y espiritual. Para dominar eficazmente un campo o disciplina particular se requiere una cantidad ingente de horas de estudio y dedicación persistente en esa área. La maestría en un campo de actuación requiere unas 10.000 horas de estudio.
8. Éxito sostenido
La disciplina constituye una enorme posibilidad de prosperar y progresar como personas. Conecta con lo mejor que hay dentro de nosotros y forja una mentalidad imbatible que sabe con seguridad plena a dónde se dirige. Si deseamos alcanzar un éxito sostenido y no efímero resulta imprescindible alinearse con esta poderosa perspectiva. ¿Crees en la posibilidad de excelencia que la disciplina trae para ti?
Y no se consigue de la noche a la mañana, sino a base de echarle tiempo y más tiempo. Constancia es la palabra.
ResponderEliminarUn saludo.
Constancia y disciplina son primos hermanos y dan buenos resultados.
EliminarUn saludo
La disciplina es la base para poder obtener lo que se quiere. Si no hay disciplina, no hay éxito. No se pierde peso, con solo intentarlo, se hace o no se hace. Saberlas fortalezas y debilidades, ayuda a saber por donde caminar para seguir adelante.
ResponderEliminarSaludos
Es curioso que no se mencionen casi nunca estas virtudes, se alaba mas el éxito rápido y fácil, que sin embargo, es un éxito que rápida y fácilmente desaparece.
EliminarSaludos