Un cura aficionado a la ornitología tenía doce pájaros.
Todos los días los soltaba para que volaran y éstos siempre regresaban a sus jaulas. Pero un día sólo regresaron once
Así que el sacerdote, decidido, en la misa del domingo preguntó:
- ¿Quién tiene un pájaro?
¿Quién ha visto mi pájaro? |
- No, no me expliqué bien. ¿Quién ha visto un pájaro?
Todas las mujeres se levantaron.
- ¡No, no! Lo que quiero decir es: ¿quién ha visto mi pájaro?
Todas las monjas se levantaron.
Ese mismo sacerdote confesó hace unos días a una joven, la cual le contó que había pecado con su novio en el hueco de la escalera que sube al campanario. El cura le dijo: "Hija mía: el pecado es tremendo; pero el sitio... ¡es cojonudo!"
ResponderEliminarUn saludo.
Un pajarito en la escalera...
Eliminarmuy bueno
ResponderEliminar;D Ya sabes: Con una pregunta abierta, todos se sienten aludidos... ;D
ResponderEliminarSaludos
Es otra forma de verlo, decir algo con doble sentido y allá cada cual si se siente aludido
EliminarSaludos, Manuel