El perro que encontraba penes

Este mes se cumplen 31 años de un mediático suceso. La joven ecuatoriana Lorena Bobbitt le cortó el pene a su marido con un cuchillo de carnicero aprovechando que estaba dormido. 

A continuación, huyó en su coche llevándose el miembro seccionado. En plena carretera lo lanzó por la ventanilla a un jardín.

El esposo, John Wayne Bobbitt, consiguió levantarse en medio de un charco de sangre y pedir ayuda. La Policía salió tras la mujer. Cuando la detuvieron tuvo que informar de donde había arrojado el falo. Un perro especialista inició la búsqueda y al poco aparecía con el miembro en la boca, pero sin producirle daño alguno. Durante las diez horas siguientes un equipo de médicos procedió en el quirófano a reinsertárselo a la víctima.

Ocurrió el 23 de junio de 1993. La noticia tuvo gran eco. “The New York Times” escribió en su portada, por primera vez en su historia, el vocablo "pene" en vez de usar lo que tradicionalmente se hacía: citarlo como órgano sexual masculino. Lorena fue declarada "no culpable" y absuelta por enajenación mental transitoria.

Ambos protagonistas del suceso pasaron a convertirse en celebridades.

El hombre, marine de profesión, decidió trabajar como actor porno. Para ello decidió someterse a una operación a fin de agrandarse el miembro. Protagonizó ‘John Wayne Bobbitt Uncut’, un video muy vendido, y ‘Frankenpenis’. Tuvo un hijo con una de sus conquistas, aunque todavía no se había divorciado de Lorena.

Ella protagonizó hace tres años un documental sobre este suceso, presentándose como víctima de malos tratos físicos y psicológicos y que, por ello, obró en consecuencia. No pudo alegar que actuó en legítima defensa, porque la víctima dormía, sino también lo habría hecho... En fin, que decidió cortar la relación entre ambos en toda la acepción de la palabra. ¡Y de qué modo!

Los nombres de Lorena y Bobbitt se han hecho famosos. Pero, ¿el del perro policía? 

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Su intervención fue decisiva, dado que rápidamente localizó el pene y, con gran maestría y cuidado, lo llevó a donde estaban los agentes. Hasta entonces se conocían casos de perros especializados en detección de drogas, explosivos, dinero, tabaco y otras materias, pero de miembros viriles… Un gran profesional que de seguro fue premiado por su excelente servicio investigador. ¿Habría tenido que intervenir en nuevos casos de corte similar?

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