Cuando Francis Ford Coppola se preparaba para dirigir 'El Padrino', la sombra de la mafia se cernía sobre la producción.
Joe Colombo, un poderoso capo de la Cosa Nostra, veía en la película una amenaza a su imperio. Temía que la atención pública se volviera hacia sus actividades ilícitas.
Ver Consejos de la mafia para el éxito
La presión no tardó en hacerse sentir. Albert S. Ruddy, el productor, recuerda: "De repente, nos vimos rodeados de obstáculos. Amenazas de huelga, problemas con los vecinos, carteles en los escaparates... Era como si toda la ciudad se hubiera puesto en nuestra contra".
La Liga Italoamericana de Defensa de los Derechos Civiles, una fachada creada por Colombo, lideró la oposición. "No trabajamos con la tripulación de 'El Padrino'", rezaban los carteles. El jefe de Paramount, Robert Evans, incluso recibió una escalofriante llamada: "Piénsalo bien. No queremos desfigurar tu bonita cara".
Ruddy fue invitado a reunirse con Colombo. "Puzo me llamó loco", confesó Ruddy, refiriéndose al autor de la novela. Sin embargo, el encuentro tuvo lugar. Colombo exigió que no se mencionaran términos como "mafia" o "Cosa Nostra", y que se donaran las ganancias del estreno a una organización benéfica italoamericana. A cambio, la producción tendría vía libre.
A pesar de los acuerdos, la sombra de la violencia persistió. Antes de que Coppola pudiera finalizar la película, Colombo fue víctima de un atentado. Sus rivales lo consideraban una amenaza por atraer demasiada atención hacia el hampa.
'El Padrino' se convirtió en un clásico, pero su producción fue marcada por el miedo y la corrupción. La historia de cómo una película pudo ser terminada bajo la amenaza de la mafia es un testimonio del poder del cine y de la determinación de sus creadores.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario