El famoso encuentro entre Sophia Loren y Jayne Mansfield en una gala de Hollywood en 1957 ha quedado grabado en la historia del cine, no solo por el choque de dos grandes estrellas, sino por una fotografía que se convirtió en un ícono de la época.
En esa escena, Mansfield llevaba un provocador vestido de satén rosa, tan escotado que parecía a punto de revelar más de lo que pretendía.
Desde la primera vez que vi esa imagen, me pregunté por qué Sophia Loren, nacida como Sofía Costanza Brígida Villani Scicolone, tenía esa expresión en su rostro. La respuesta parecía obvia: todos los ojos, incluidos los de Loren, estaban inevitablemente fijos en el escote de Mansfield, cuyas curvas casi desafiaban los límites del vestido. A primera vista, podría parecer una simple reacción a la exagerada vestimenta, pero al observar otras fotos de esa misma noche, el contexto se hace mucho más claro.
A lo largo de la velada, Mansfield hizo todo lo posible por captar la atención de los fotógrafos. Constantemente se inclinaba hacia adelante, haciendo que sus senos casi se desbordaran de su vestido, asegurándose de que los flashes apuntaran hacia ella. Sophia Loren, por su parte, comprendió perfectamente que esto era una estrategia deliberada por parte de Mansfield para robar protagonismo en una noche que, en teoría, estaba dedicada a la actriz italiana.
El evento se celebró en el famoso restaurante Romanoff de Beverly Hills, organizado por Paramount Pictures en honor a Sophia Loren, quien estaba en su "bautismo" en Hollywood. Era una de las noches más importantes del año, no solo para Loren, que recién comenzaba su carrera en el cine estadounidense, sino para la industria del espectáculo en general. Estrellas de la talla de Clifton Webb, compañero de Loren en la película El niño del delfín, estaban presentes. Todo parecía transcurrir en armonía hasta la llegada de Jayne Mansfield, quien, en plena ola de éxito por su película Gángster en busca de esposa, se robó la atención al entrar con un vestido espectacular que dejaba poco a la imaginación.
Mansfield se sentó junto a Loren, rodeada de fotógrafos ansiosos por capturar cada instante. Aunque ambas aparecieron sonrientes y elegantes en muchas fotos de la velada, fue esa única imagen la que desató el escándalo. Loren, en entrevistas posteriores, explicó lo que realmente estaba ocurriendo en su mente en ese momento: "Paramount hizo una fiesta para mí y todo el mundo del cine estaba allí. De repente llegó Jayne Mansfield. Se sentó junto a mí y sabía que todos estaban mirando. Entonces, en esa famosa foto, mis ojos estaban fijos en su escote. Tenía miedo de que todo su vestido explotara y acabara en mi plato".
Este encuentro ha sido analizado durante décadas no solo por el aparente enfrentamiento entre dos sex symbols, sino por lo que representaba culturalmente. Sophia Loren, con su elegancia y discreción, encarnaba la moralidad más conservadora y tradicional italiana, mientras que Jayne Mansfield, con su atrevimiento y libertad, representaba la audaz sensualidad y desinhibición del cine y la cultura estadounidense de la época. A pesar del escándalo, el episodio no fue más que un encuentro entre dos estrellas en una cena, pero dejó al descubierto las diferencias entre dos mundos, dos estilos de vida y dos visiones del espectáculo.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Me hubiera encantado estar en esa fiesta, al lado de las dos estrellas. Bueno, mejor en el medio de ambas.
ResponderEliminarHermosas mujeres.
ResponderEliminar