Los búhos, especialmente los polluelos, tienen una forma peculiar y enternecedora de dormir que se asemeja en ciertos aspectos a la de los bebés humanos.
Esta similitud se debe principalmente a las características físicas de los búhos jóvenes.
Los polluelos de búho suelen dormir boca abajo, una posición que puede parecer incómoda pero que es natural para ellos. Esta postura se debe principalmente a que los músculos de su cuello aún no están completamente desarrollados y no tienen la fuerza suficiente para soportar el peso de sus cabezas, que son proporcionalmente grandes en relación con sus cuerpos. Al dormir boca abajo, los polluelos pueden descansar sin esforzar sus músculos cervicales aún débiles.
Además de dormir boca abajo, los pequeños búhos a menudo se les puede encontrar durmiendo apoyados en un lado del nido o incluso recostados sobre sus hermanos y hermanas. Esta tendencia a acurrucarse juntos no solo les proporciona calor y comodidad, sino que también es una forma instintiva de protección y seguridad en sus primeras etapas de vida.
Un aspecto fascinante del sueño de los búhos, descubierto por investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología, es que experimentan fases de sueño REM (Movimiento Rápido de Ojos), al igual que los humanos y otros mamíferos. Esta similitud en los patrones de sueño sugiere que los búhos, como muchas otras aves, pueden tener procesos cerebrales durante el sueño que son comparables a los de los mamíferos, incluyendo posiblemente la consolidación de la memoria y el procesamiento de información.
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