Érase una vez un genio que, disfrazado de mendigo, entró en la casa de un zapatero y le suplicó: «Hermano, no tengo ni una sola moneda pero mis pies están destrozados de caminar todo el día con estas sandalias rotas. ¿No podrías arreglármelas?». Y el zapatero le respondió: «Yo también soy pobre y estoy harto de que todos vengan pidiéndome favores sin pagar ni una sola moneda».
«Entonces te daré 100 millones a cambio de tus manos», propuso el genio. Pero el zapatero también rechazó la oferta: «No podría comer solo, trabajar o jugar con mis hijos». Y cuando el genio de la lámpara le prometió 1000 millones por sus ojos, el artesano, asustado, contestó: «No podría soportar no ver jamás a mi familia y amigos...». Entonces, el genio le dijo: «Hermano mío, ves lo afortunado que eres con todo lo que posees y todavía sigues sin darte cuenta de eso.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Es real
ResponderEliminar