Una joven pareja estaba de luna de miel y se alojaba en un hotel con una gran piscina.
Decidieron ir a nadar, y la novia se puso un nuevo bikini que había comprado recientemente.
Mientras nadaba y chapoteaba en la piscina, pronto descubrió que el bikini era demasiado grande y la parte superior y la inferior seguían saliéndose.
Como eran los únicos en la piscina, ella y su esposo se reían y juguetonamente recuperaban el bikini del fondo de la piscina.
Esa noche se vistieron para la cena y se dirigieron al elegante restaurante del hotel, donde los sentaron junto a un enorme acuario.
Extrañamente, el acuario no tenía vida acuática.
Cuando la novia le preguntó al camarero por qué el acuario no tenía peces, él sonrió ampliamente y dijo: "¡Eso no es un acuario... es la piscina!"
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