El regalo del anillo

Un hombre mayor, elegante y de cabello plateado, cruzó la puerta de una lujosa joyería un viernes al caer la noche, con una joven deslumbrante a su lado.

Con una sonrisa pícara, le explicó al joyero que buscaba un anillo realmente especial para su novia, algo que la dejara sin palabras. El joyero, entusiasmado por la visita, rebuscó entre sus tesoros y le presentó un hermoso anillo valorado en $5,000. 

Pero el anciano, con una mirada astuta, replicó:

—No creo que entienda. Quiero algo verdaderamente especial.

El joyero, encantado con la posibilidad de una gran venta, se adentró en su colección exclusiva y sacó un anillo espectacular:

—Aquí tiene una pieza única, por solo $40,000 —dijo con orgullo.

La joven no pudo ocultar su asombro. Sus ojos brillaron con intensidad y su cuerpo tembló de emoción. El hombre, al ver su reacción, no dudó ni un segundo:

—Nos lo llevamos.

El joyero, emocionado, preguntó la forma de pago. El anciano, con absoluta tranquilidad, respondió que pagaría con cheque.

—Sé que necesita asegurarse de que mi cheque es válido —añadió—. Así que lo firmaré ahora mismo, y usted podrá llamar al banco el lunes para verificar los fondos. Recogeré el anillo el lunes por la tarde.

El lunes por la mañana, el joyero, visiblemente molesto, llamó al anciano:

—No hay dinero en esa cuenta —le espetó.

El hombre, con voz serena y una pizca de picardía, respondió:

—Lo sé. Pero, ¿te imaginas el fin de semana que tuve?

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