La crisis de Europa y su impactante derrota política y militar exige una reflexión urgente sobre su futuro y defensa.
Imagina un vasto continente, cuna de la civilización
y el pensamiento moderno, que de repente se despierta en un estado de
desorientación y pánico. Sus líderes, lejos de ofrecer soluciones, infunden un
miedo paralizante, señalando a un enemigo externo mientras la verdadera amenaza
se gesta desde dentro. Esta no es una novela de ficción; es el esencial y
dramático diagnóstico de la situación geopolítica de Europa ante el conflicto
de Ucrania y el inminente cambio de ciclo histórico.
La guerra es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de dirigentes políticos incapaces. Después de casi cuatro años de conflicto, la incapacidad para negociar una paz duradera ha llevado a una situación en la que Ucrania y Europa se encuentran con un acuerdo de paz pre-trazado, un proceso que huele a capitulación. Los negociadores principales han sido Rusia, Estados Unidos y Turquía, dejando a la mezquina Europa al margen, a pesar de que la paz debería ser su interés primordial. Ver El fascinante arte de la estrategia
El fin inminente de la Guerra en
Ucrania
Es innegable que esta guerra debe terminar.
Aunque algunos argumenten que no debe ser a cualquier precio, la realidad es
que mantener un estado de guerra por un periodo tan largo sin atisbo de paz es
un fracaso rotundo. La paz está a las puertas, ya sea por acuerdo o
capitulación, y sus rescoldos tardarán en apagarse. Muchos combatientes vagarán
sin saber si fueron héroes o culpables. La historia nos enseña que el paso de
soldados vencedores y vencidos a la delincuencia está desafortunadamente
descrito incluso por Maquiavelo.
El mito de la invasión rusa: una
farsa política
Uno de los anuncios más constantes y
alarmantes que emiten algunos generales de alto standing europeos es la
inminente invasión rusa. Sin embargo, el análisis geopolítico riguroso indica
que este anuncio es sencillamente falso. Es un abuso de posición inaceptable,
utilizado para meter miedo desde quien tiene el mando de las armas. Esta
narrativa de amenaza constante parece dirigida directamente por intereses
políticos. Rusia no va a atacar a Europa.
La dramática indefensión de Europa
El anuncio constante de una agresión rusa no
es más que una cortina de humo para ocultar la dramática realidad. Europa se
encuentra en una situación que, a todas luces, es una derrota política. No ha
sabido estar a la altura en un conflicto que, en parte, ella misma ha
provocado. La OTAN, descrita como un "juguete roto", deberá
replantearse su futuro para ser eficaz y creíble.
Europa se extingue, no por la acción de un
invasor, sino por el abandono de su propia historia, de su cultura y de su
maternidad. Se ha convertido en una entidad mentirosa, asustada ante la
indefensión. Está sola ante el mundo, pues Estados Unidos se centra en nuevos
asuntos, el gas no llega y China solo busca el comercio. Sin armas, sin
defensa, sin ejércitos, sin moral, sin filosofía, y sin europeos, la profecía
es clara: no es necesario que nadie la ataque.
El verdadero enemigo es la soberbia
y la extinción cultural
El enemigo esencial de Europa es su estúpida
soberbia y una colección de dinosaurios en el poder que nos enterrarán con ellos.
La soberbia ha llevado a Europa a renunciar a su propia identidad. Mientras sus
líderes se centran en el poder y el dinero, y abren sus fronteras sin una
estrategia clara, la invasión se produce a diario de otras maneras.
"No tienes armas ni Ejército, sólo me
queda decirte ¡Adiós, Europa!", parece ser el epitafio. La falta de
defensa permite que seamos penetrados a través de fronteras fáciles y que otras
culturas impongan sus leyes ancestrales. Es una cuestión demográfica, y el
tiempo corre en contra del viejo continente.
La compleja lucha por la libertad
Los actuales líderes, en manos de
aficionados, nos han convertido en algo inerte, en simples cosas que manejan a
su antojo. Nos quieren llevar a la guerra mientras crean una fuerte industria
militar. Contra esta manipulación y este dominio del alma solo queda una
opción, aunque compleja: luchar por la libertad.
La libertad exige un inmenso sacrificio y
conocimiento. Requiere prestar atención y no dejarse llevar por las imágenes
que nos convierten en una simple pantalla receptora y hombre-anuncio. La
historia, desde La Ilíada, nos recuerda el poder de la fuerza. El único cambio
es la introducción del deshonor como gran protagonista de nuestro tiempo. «Hay
muchas terribles maravillas, pero ninguna más terrible que el hombre».
Y tú, ¿qué opinas? Puedes dejar tus comentarios más abajo.
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!

Comentarios
Publicar un comentario