Aunque todos te digan que te socorrerán cuando tengas necesidad, muchos de los que se ofrecen a luchar por ti, serán después los primeros que te arrojarán las piedras, te dejarán abandonado y aún harán leña del árbol caído y saquearán los restos del naufragio Como cita Maquiavelo , “se puede decir de los hombres lo siguiente: son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro, están ávidos de ganancia; y mientras les haces favores son todos tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida y los hijos cuando la necesidad está lejos; pero cuando ésta se te viene encima vuelven la cara. Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.” Y no esperes que tu patrón sea agradecido por los servicios que le prestes, ya que habrá quien le envenene los oídos y le nuble la vista para que dude de tu lealtad y de tus nobles intenciones. Recuerda que el Cid Campeador sufrió la ingratitud de su Rey Alfonso VI de