El general Nubunaga estaba seguro de que podrían vencer al enemigo, pero tenía que dar aún más confianza a sus samuráis. Al salir del templo, Nubunaga les dijo: - "Soldados, voy a tirar una moneda al aire, si sale cara estoy completamente seguro que venceremos al enemigo, pero si saliera cruz entonces seremos derrotados. "El destino nos revelará su rostro", añadió. El samurái que siempre acertaba su victoria Lanzo la moneda al aire y salió cara. Entonces esos soldados que tenían muchas dudas de su victoria, se llenaron de tal energía y valor que pudieron vencer al enemigo sin dificultad. Al día siguiente un ayudante de campo le dijo al general Nubunaga: - "Nadie puede cambiar el destino", a lo que el general le contestó: - "Exacto", mientras le enseñaba una moneda con dos caras en ambos lados. Moraleja: es importante entender y comprender que cada uno fija su destino y que cada uno es capaz de lograr lo que se propone