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Mostrando las entradas etiquetadas como león

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¿Por qué los leones no atacan cuando estás en un vehículo de safari?

El majestuoso rey de las bestias, el león, ni siquiera se inmuta ante un vehículo de safari por razones tan fascinantes como sencillas. Ver  La Muerte de un Rey, un león anciano en sus últimas horas En primer lugar, el león ve el vehículo no como una colección de humanos, sino como un objeto grande y no amenazante. No se mueve como una presa, ni actúa como una presa y, lo que es más importante, no entra en pánico como una presa. Los leones, siendo los astutos depredadores que son, han llegado a reconocer que estos vehículos lentos y pesados no son ni una amenaza ni una fuente de alimento. La pura consistencia de estos encuentros, día tras día, les ha enseñado que estos extraños artilugios no representan una preocupación real. Pero -y este es un punto crucial- todo cambia en el momento en que alguien perturba ese delicado equilibrio. Recuerdo una situación que viví de primera mano, cuando un fotógrafo se inclinó demasiado lejos del vehículo, demasiado cerca de un león. El paso de la cal

El león y el mosquito

Cierta vez, un mosquito se acercó a un león y le dijo que no le tenía miedo porque, a pesar de su tamaño, era más fuerte que él.  Ver  Una excelente estrategia de ataque: pensar como una mosca El rey de los felinos, sorprendido por su atrevimiento, se echó a reír, pero el insecto le retó diciendo: «Si crees que puedes ganarme, demuéstramelo». Como quería quitárselo de encima, el león le desafió a un combate. Así, el mosquito hizo sonar su zumbido y atacó al animal picándole muchas veces alrededor de la nariz, donde no tenía pelo que le protegiera. Muy agobiado, el león empezó a arañarse con sus propias garras hasta que, cansado de hacerse daño, renunció a la pelea. Feliz, el mosquito voló como un loco por todas partes jactándose de su victoria. Tan orgulloso estaba que, sin darse cuenta, se enredó en una tela de araña y, en cuestión de segundos, su dueña se acercó con la intención de comérselo de un bocado. Instantes antes de ser devorado, el mosquito se lamentó: «Pero qué desdicha más

La Muerte de un Rey, un león anciano en sus últimas horas

La conmovedora historia de Skybed Scar, el león que murió libre y digno en el Parque Nacional Kruger, nos recuerda el poder y la belleza de la naturaleza.  A través de la lente de un reportero gráfico, presenciamos su lucha por la supervivencia y su último aliento, en un relato que no podrás olvidar. Ver  ¿Existen los ángeles guardianes? Mientras nuestras cámaras disparaban, se podía ver que algo andaba mal, su postura simplemente no se veía bien. En un examen más detenido mirando a través de la lente, su pata trasera izquierda sobresalía y en un ángulo extraño. Después de que se llenó de agua, luchó por ponerse de pie, apenas capaz de mantenerse de pie. Lo que no notaste mientras bebía, literalmente no era más que piel y huesos. Se alejó lentamente del agua y se tambaleó como si estuviera borracho hacia una pequeña elevación. Cada pocos pasos se detenía para recuperar el aliento, con la cabeza baja hasta que tenía suficiente energía para dar unos pasos más. Al llegar a la elevación,

La vida nos da una lección he aquí su moraleja

Al llegar a esta etapa de la vida, el león ya no puede cazar, no puede matar ni defenderse.  Vaga y ruge hasta debilitarse, entonces, será rodeado por las hienas, mordisqueado y devorado. Ni siquiera lo dejarán morir para ser desmembrado. Ver Lecciones sobre la vida políticamente incorrectas (pero muy reales) La vida es corta, lo que sucede con el león, sucede también con nosotros los humanos. No siempre seremos jóvenes No siempre seremos los más fuertes. No siempre estaremos en la cima. No siempre seremos el jefe. No siempre seremos el rey de la selva o rey de la vida. Mientras la vida nos dé oportunidades, seamos humildes. Porque tarde o temprano, la vida nos pasará factura y vamos a cosechar justamente lo que sembramos. El umbral de nuestra vida siempre vendrá. Mira cómo vas y enmienda tu vida, aún estás a tiempo. Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!

Lo que enseñaba el ermitaño

Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado que hacer. La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo. Lo que enseñaba el ermitaño Les contestó: “Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león”. No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales? Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron. Porque estos animales los tienen todos los hombres, ustedes también. Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lanzan sobre una presa buena, son mis ojos. Las dos águilas con

Por qué cada día debemos ser mejores que ayer

Cada día debemos ser mejores que ayer “Cada día en África, una gacela se despierta. Ella sabe que debe correr más rápido que el león más veloz, o será devorada.  Por qué cada día debemos ser mejores que ayer Cada mañana en África, un león se despierta. Éste sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta, o morirá de hambre. No importa si tú eres un león o una gacela. Cuando el sol se levante, más te vale estar corriendo”. El Arte de la Estrategi a