Un hombre rico tuvo una aventura con una mujer italiana durante unos años. Una noche, durante uno de sus encuentros, ella le confió que estaba embarazada. No queriendo arruinar su reputación o su matrimonio, le pagó una gran suma de dinero para que fuera a Italia y tuviera al niño. Prometió proporcionar manutención hasta que la niña cumpliera 18 años, siempre y cuando ella permaneciera en Italia. Ella estuvo de acuerdo, pero le preguntó cómo sabría cuándo nacería el bebé. Para mantener la discreción, le dijo que le enviara una postal y que simplemente escribiera "Spaghetti" en el reverso. Luego se encargaría de la manutención de los hijos. Unos nueve meses después, regresó a casa con su confundida esposa. —Cariño —dijo ella—, hoy has recibido una postal muy extraña. "Oh, solo dámelo y te lo explicaré más tarde", dijo. Su esposa le entregó la tarjeta, y al leerla, el hombre se desmayó. La postal decía: "Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti, Spaghetti... Dos con albó...