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Cómo elegimos pareja

Henry Landrú fue un seductor que captó con lucidez qué buscaban las mujeres a las que quería conquistar. A finales del siglo XIX, las viudas de cierta edad -su “público”- se sentían atraídas por los caballeros respetables. Para detectarlos, usaban parámetros que ellas consideraban como infalibles: el atractivo físico, la elegancia en el vestir, el porte en la gesticulación o la elección de temas de conversación apropiados (no incluir, por ejemplo, sexo o dinero). Este personaje aprendió a pasar holgadamente todas esas pruebas. A pesar de ser una persona rácana y con tendencias morbosas hacia la sangre y las vísceras, consiguió la apariencia de un buen caballero. Gracias a eso, sedujo a cientos de mujeres. A una decena de ellas las asesinó con el único fin de quitarles sus –a veces paupérrimos– ahorros. Su encanto era tan notable que, cuando se le juzgó a principios de los años veinte, las crónicas de la época olvidaban la brutalidad de sus crímenes para centrarse en su forma de v

Efecto placebo en el cuerpo

La relación entre cerebro y salud ha sorprendido desde siempre, pero sólo ahora se empiezan a conocer los mecanismos que la controlan.  Creer o no creer, esa es la cuestión. Bueno, más bien parte de la cuestión cuando hay que vencer una enfermedad. Desde luego, la fe no cura todos los males ni sustituye las medicinas, pero los médicos están cada vez más seguros de que es un complemento importante: la mente parece tener más poder sobre el cuerpo del que la ciencia occidental suele concederle.  Efecto placebo en el cuerpo El optimismo, saber manejar el estrés cotidiano, la práctica de ejercicios mentales como la meditación, o la mera convicción de que ese facultativo o esa pastilla logran curar, ya ejercen un efecto positivo sobre la salud. Lo demuestra el famoso efecto placebo, que, por ejemplo, en casos de depresión se asocia incluso a cambios en la actividad cerebral, según acaba de demostrar un equipo estadounidense. Sin embargo, los mecanismos fisiológicos que explican

¿Cuánto placer puedes soportar?

No existen los supermanes del éxtasis. Nuestra capacidad para gozar tiene unos límites naturales, y el cerebro trata de que no los rebasemos. El placer es efímero No se trata de un mero tópico poético, sino de una realidad científicamente contrastada.  ¿Cuánto placer puedes soportar?  Por mucho que lo lamenten los hedonistas y los epicúreos, el placer tiene límites; un umbral a partir del cual se diluye o, simplemente, desaparece. No existen, por tanto, el orgasmo perpetuo ni el “colocón” eterno. Pero, ¿se pueden forzar, o estirar, las fronteras del gozo? En principio, sí. De hecho, eso es lo que hacen las drogas; pero, a la larga, puede ser un recurso más contraproducente que recomendable. Así, George Koob, neurocientífico del Instituto Scripps Research de La Joya (California), compara el sistema del placer con un banco. “ Si sacamos demasiado dinero de nuestra cuenta, se gastará rápidamente. Con el placer ocurre algo similar: si abusamos de él, se agota”, explica el

Los huesos hechos en impresora 3D ya están aquí

Un equipo de médicos de Holanda asegura haber sido el primero en trasplantar un hueso hecho en una impresora en tres dimensiones. Se trata de una mandíbula en una mujer de 83 años. El trasplante fue llevado a cabo en junio del año pasado, aunque sólo lo han hecho público ahora.  Los huesos hechos en impresora 3D ya están aquí La pieza fue fabricada con polvo de titanio en capas ensamblado por una impresora láser. Expertos del sector de la salud consideran que el avance servirá para preparar el camino para más implantes hechos con impresoras de tres dimensiones.  La operación fue posible por una investigación en el Instituto de Investigación Biomédica de la Universidad Hasselt, Bélgica, y el implante fue fabricado por LayerWise, compañía especializada en hacer componentes metálicos.  LAS ARTICULACIONES  La paciente sufría de una infección de huesos crónica y por su avanzada edad, los doctores consideraban que una cirugía reconstructiva hubiera sido demasiado arriesg

El hombre feliz

Había una vez un rey cuya riqueza y poder eran tan inmensos, como eran de inmensas su tristeza y desazón.  El hombre feliz  -Daré la mitad de mi reino a quien consiga ayudarme a sanar las angustias de mis tristes noches- dijo un día. Quizás más interesados en el dinero que podían conseguir que en la salud del Rey, los consejeros de la corte decidieron ponerse en campaña y no detenerse hasta encontrar la cura para el sufrimiento real. Desde los confines de la tierra mandaron traer a los sabios más prestigiosos y a los magos más poderosos de entonces, para ayudarles a encontrar el remedio buscado. Pero todo fue en vano, nadie sabía cómo curar al monarca. Una tarde, finalmente, apareció un viejo sabio que les dijo: -si encontráis en el reino un hombre completamente feliz, podréis curar al rey. Tiene que ser alguien que se sienta completamente satisfecho, que nada le falte y que tenga acceso a todo lo que necesita. -Cuando lo halléis- siguió el anciano- pedidle

¿Qué se negocia en la Bolsa?

En la Bolsa se contratan acciones de las empresas y también se negocian otros activos financieros (obligaciones, derechos de suscripción y deuda). Las empresas deciden vender (emitir) uno u otro producto en función de sus necesidades y de los compromisos que estén dispuestas a asumir a la hora de buscar una vía de financiación con el dinero de los ahorradores.  ¿Qué se negocia en la Bolsa?  1) Renta Fija y Variable Las empresas, los bancos y el Estado emiten los activos que se negocian en el mercado bursátil. Según sean variables o fijos la retribución a los inversores vía dividendos o intereses periódicos podemos clasificar los activos en dos grandes categorías o grupos, denominados títulos de renta fija o de renta variable. Entre los primeros se encuentran las obligaciones y la deuda. Las acciones pertenecen al segundo grupo y son la modalidad preferida por las empresas a la hora de buscar financiación. Existe, además, un producto híbrido: las obligaciones co

Distancias zonales

En este planeta todos los seres vivos son territoriales. Los seres humanos no escapamos a esta cualidad. Al igual que un depredador marca su territorio de caza y se siente amenazado si traspasamos cierta distancia, a los seres humanos nos sucede lo mismo. Es muy conveniente conocer las distancias en la que los homínidos nos desenvolvemos. Naturalmente, estas distancias varían según culturas y personas y lo que para unos es una distancia cómoda para otros es una clara amenaza.  Lenguaje Corporal. Distancias zonales Distancias zonales El radio de la burbuja alrededor de una persona puede dividirse en cuatro distancias zonales bien claras: Zona íntima (de 15 a 45 cm): Es la más importante y es la que una persona cuida como su propiedad. Solo se permite la entrada a los que están muy cerca de la persona en forma emocional, como el amante, padres, hijos, amigos íntimos y parientes. Zona personal (entre 46 cm y 1,22 metros): es la distancia que separa a las perso