Tus peticiones no deben arruinar a tu bienhechor, ni exigirle grandes esfuerzos. Es más sencillo indicarle que estás necesitado. Lo que no obtengas así no lo hubieras obtenido tampoco con peticiones desesperadas.
Manual de Cortesanos. Pedir favores |
Modula tu agradecimiento a los favores que te hayan hecho, con la idea de insinuar que sigues necesitando ayuda. Si tienes que pedir algo importante habla de otros asuntos y hazle comprender, con motivo de otro tema, la finalidad de tu conversación.
Aborda a los poderosos con mucha prudencia y utilizando intermediarios. Por ejemplo, consigue que un hijo interceda por ti ante su padre, siempre que sus intereses no se opongan a los tuyos. Recuerda que se reza a Jesucristo para que interceda por nosotros ante el Padre.
El mejor momento para presentar una solicitud es aquél en que la persona está de buen humor, un día de fiesta o después de una agradable comida. Procura no hacer una petición a un hombre cansado, muy atareado o con muchos asuntos en su cabeza. Guárdate también de solicitar varias cosas a la vez.
No le pidas a tu superior ni títulos ni privilegios que son siempre de difícil y costoso obtener. Redacta tú mismo el documento y pásalo a la firma en el momento propicio.
Al igual que en la guerra no hay que empezar batalla que no puedas ganar, no pidas nada que no estés seguro de obtener. Por eso es mucho mejor no pedir nada directamente sino sugerir aquello que necesitas. Cuando desees algo no lo dejes entrever a nadie antes de haberlo logrado. Debes indicar que no tienes ninguna esperanza de conseguirlo y difundir que además ya se lo han dado a otro que incluso irás a felicitar.
Cuando te nieguen algo, consigue a alguien que la pida para si, de esta forma la obtendrás fácilmente. Si alguien compite por obtener algo a lo que tú mismo aspiras, mándale a un emisario para disuadirlo apelando a la amistad, a las dificultades con las que se encontrará o a la mejor excusa según las circunstancias.
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