Cómo conocer las intenciones que se esconden detrás de las palabras
Consejos de un Cardenal maquiavélico |
Ante todo, escucha las razones alegadas por quien defiende una causa, y mira si son buenas. Considera después cómo obra aquel hombre ordinariamente y, por lo tanto, si hay lugar en este caso particular de sospechar de él. Así, uno que se pusiera a hablar con ardor cuando jamás se acalora por nada, no expresa su opinión personal. O también un hombre que cambiara brutalmente de opinión y pusiera tanto fuego en defender ahora lo que atacaba un momento antes, visiblemente ha sido comprado. Si una vez convencido de su error, se mantiene en sus posiciones, es que no obra por las razones que pretende.
Igualmente si su discurso inflamado se apoya en argumentos sutiles y demasiado elaborados, en sofismas contrarios a su carácter, o en razones que no lo son. Ocurre también que nuestro hombre para defender el mismo punto de vista utilice unos argumentos contradictorios al comienzo y al término de su demostración. Porque lo que decimos sin pensarlo lo olvidamos al punto.
Envíale, pues, a alguien que se haga amigo suyo y lo interrogue bajo el sello del secreto; entonces le confesará una verdad completamente distinta.
Del libro
"Breviario de los Políticos" , Cardenal Julio Mazarino
Para saber mas:
Descargar una DEMO en PDF del libro "Breviario de los Políticos":
Todo un psicólogo el Cardenal Mazarino.
ResponderEliminarAdemás de ladino y un pelín maquavélico a veces.
Un saludo.
Buen discípulo de otro Cardenal: Richelieu...
ResponderEliminarSaludos Carolus