Un manual imprescindible para entender el poder desde Maquiavelo hasta el siglo XXI Si alguna vez te has preguntado cómo funciona realmente el poder, este libro es para ti. Maquiavelo y sus excelentes discípulos es la radiografía lúcida y sin filtros que necesitas para dejar atrás la ingenuidad. No es solo un recorrido histórico; es un manual estratégico que te enseña a reconocer, entender y navegar las complejidades de la manipulación, desde el Renacimiento hasta la era de los algoritmos y el populismo del siglo XXI. ¿Por qué este libro es crucial para ti? Este no es un texto académico aburrido, sino una narrativa envolvente que disecciona la estrategia detrás de los movimientos de los líderes más influyentes de la historia, desde Maquiavelo y César Borgia hasta Napoleón, Bismarck y Kissinger. Comprenderás la verdad incómoda: Te ofrece una comprensión mucho más clara del mundo en que vivimos, mostrándote que el maquiavelismo sigue vivo, oculto detrás de discursos emoc...
Los discípulos estaban enzarzados en una discusión sobre la sentencia de Lao Tse:
Los que saben no hablan;
los que hablan no saben.
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| La rosa y la inutilidad de las palabras |
Cuando el Maestro entró donde aquellos estaban, le preguntaron cuál era el significado exacto de aquellas palabras. El Maestro les dijo: ¿Quién de vosotros conoce la fragancia de la rosa? Todos la conocían. Entonces les dijo: Expresadlo con palabras. Y todos guardaron silencio.
Fuente:

Vaya lección...Generalmente el sabio pasa desapercibido...el charlatán presume demasiado
ResponderEliminarSaludos Carolus
Por sus frutos los conoceréis, decía Jesucristo.
EliminarSaludos
Este pensamiento me lleva a ese otro que dice...Si lo que vas a decir no es mejor que el silencio, no digas nada.
ResponderEliminarUn saludo.
Por eso tenemos dos orejas y una lengua, para hablar la mitad de lo que escuchamos
EliminarSaludos
Pero Jesús hablaba ¿o qué eren las parábolas? Que feliz hará a los ricos (esos del camello y el reino de los cielos) tal tipo de silencio... Pero para 7 € si valen las palabras, aunque sean escritas. ¿A que no te atreves a publicarme?
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