En la época en que Yang Shuxian era magistrado en Jingzhou, los tigres constituían una verdadera calamidad para los habitantes.
Un día, Yang hizo pulir la roca y mandó a grabar un largo edicto que podía resumirse en estas palabras más o menos:
«¡Tigres, aléjense de estos lugares!»
Los tigres no obedecen las leyes |
Más tarde, cuando lo nombraron prefecto en Yulin, Yang Shuxian le escribió al magistrado Zhao Dingji de Jingzhou, para rogarle que hiciera calcar su edicto lapidario contra los tigres. Quería varias copias. «Deseo servirme de ellas para educar a mis administrados – decía – pues los habitantes del Lingnan son muy salvajes todavía.»
Zhao mandó a obreros para que calcaran el edicto. Al día siguiente fue un anciano a decirle: «Los tigres han matado ya a dos obreros mientras ellos sacaban la copia del texto grabado en la roca.»
Song Pi Lei Chao
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Para mí que no entendían la lengua local y había un problema de comunicación entre los tigres y los habitantes del lugar.
ResponderEliminarUn saludo.
En España se hubiera arreglado poniendo un traductor simultaneo como el del Senado
EliminarSaludos, Cayetano
eh ahi la importancia de una coma.
ResponderEliminarNo, en España el problema no existiría... no hay tigres. Y si los hubiese, como hubieramos gravado el texto en lengua vernacula, lo entenderían. No saben que las lenguas "propias" las hablan hasta las piedras...
ResponderEliminarTigres no hay sueltos, pero buitres...
EliminarSaludos, csc212