Ito Ittosai, incluso después de haberse convertido en un experto y en un profesor famoso en el arte del sable, no estaba satisfecho de su nivel.
A pesar de sus esfuerzos, tenía conciencia de que desde hacía algún tiempo no conseguía progresar. En efecto, los sutras cuentan que el Buda se sentó bajo una higuera para meditar con la firme resolución de no moverse hasta que no recibiera la comprensión última de la existencia del Universo.
El samurái y el secreto de la eficacia |
Determinado a morir en ese mismo sitio antes que renunciar, el Buda realizó su voto: despertó la Suprema Verdad.
Ito Ittosai se dirigió pues a un templo con el fin de descubrir el secreto del arte del sable. Durante 7 días y 7 noches estuvo consagrado a la meditación.
Al alba del octavo día, exhausto y desalentado por no haber conseguido saber algo más se resignó a volver a su casa, abandonando toda esperanza de penetrar el famoso secreto.
Después de salir del templo tomó una carretera rodeada de árboles. Cuando apenas había dado unos pasos, sintió de pronto una presencia amenazante detrás de él y sin reflexionar se volvió al mismo tiempo que desenvainaba el sable. Entonces se dio cuenta que su gesto espontáneo acababa de salvarle la vida.
Un bandido yacía a sus pies con un sable en la mano
Mira que si hubiera sido un cuñado bromista que quería solo darle un susto...
ResponderEliminarUn saludo, Carlos.
Los cuñados son mas peligrosos que los suegros (huelen cuando cortas jamón o abres una botella de buen güisqui a muchos kilómetros de distancia), suelen ser mas (nunca hay mas de dos o tres suegros) y por edad, les suelen sobrevivir, aunque no sucedería en este caso. Que se joda el cuñao.
EliminarUn saludo.
Progresamos en nuestro campo (y como personas) siempre...Incluso sin darnos cuenta...
ResponderEliminarSaludos.
Lo de los cuñados...Doy fe :D
¿Del jamón y del güisqui? ¿Tienen mas olfato que un tiburón? Vaya suerte...
EliminarSaludos
Un Dato para Quien Gusta de Desocultar Claves en esta clase de Relatos: la Casualidad de encontrar al Bandido representa lo que Ito Ittosai debía tomar para seguir progresando, aunque no bajo la forma de un Bandido sino de aquello a lo que Ito Ittosai se resistía. Tiene que ver con una cuestión paterna.
ResponderEliminarSería interesante saber cómo continuó su historia.
Saludos!
Tambien juega mucho la intuicion cuando es una amenaza y cuando no, que tambien se puede agudizar con mucha practica
ResponderEliminarEsto me hace acordar la historia de un maestro samurai que estaba meditando en su jardin junto a su espada, muy tranquilo, cuando de pronto sintio una amenaza a sus espaldas, cuando se dio vuelta desenvaino su espada y se puso de pie de un salto, pero solo encontro a su fiel sirviente bastante alejado mirandolo.
ResponderEliminarEl samurai se le hacerca y le pregunto "veo que estabas a mis espaldas observandome sin acercarte, ¿que pensamientos tuvistes en ese momento?, al que respondio el sirviente muy sorprendido: "perdoneme señor solo pense por un momento en que distraido y desprotegido que esta este gran maestro guerrero, que facil seria poder acercarme y darle muerte "