Ir al contenido principal

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Vivir aprendiendo

 A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina.


A los 9, aprendí que mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.


A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.
A los 12, aprendí que, si tenia problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa.
A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo.
A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada.
A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba comiendo algo preparado por mi mujer.
A los 27, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada.

Ver Aprendiendo de nuevo a vivir

Vivir aprendiendo
Vivir aprendiendo
A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera.
A los 30, aprendí que cuando mi mujer y yo teníamos una noche sin chicos, pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos.
A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.
A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando.
A los 39, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos croquetas y elige la menor.
A los 42, aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estas corriendo los suficientes riesgos.
A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una pequeña postal.
A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.
A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.
A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en el. También a los 63, aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás.
A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden.
A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.
A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea.
A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.
A los 76, aprendí que envejecer es importante.
A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.
A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.

Moraleja de vivir aprendiendo

Siempre estamos aprendiendo algo nuevo, algo lindo, algo digno, como por ejemplo que la paz no se logra si realmente no se está dispuesto a perdonar por ella, entender cuál es la verdadera importancia de la familia, de la gente simple, de la vida misma. Que si bien todos tenemos distintas cualidades, capacidades y habilidades, sepamos valorar las que tenemos y podemos ofrecer a los demás y además enriquecernos, aceptar y disfrutar con las que otros no pueden brindar. Saber aceptar nuestras limitaciones y no olvidarnos de nuestras metas, aunque muchas veces parezcan muy lejanas difíciles.

Encaminarse hacia ellas es el primer paso hacia algo que ni siquiera podemos imaginar.

Realmente no tiene mucha importancia hasta qué edad vivimos, lo importante es sentir que no lo hemos hecho en vano.

Comentarios

  1. Y cuanto más sabes, menos tiempo te queda para ponerlo en práctica.
    Un saludo, Carlos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya hace tiempo que me di cuenta, es una puñetera maldición por ser mortales.

      Un saludo, Cayetano

      Eliminar
    2. Y una maldición que no lo fuéramos

      Eliminar
  2. Solo sé que no sé nada...Mi abuelo decía que si te acostabas sin aprender algo nuevo, habías perdido el día.

    Saludos Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu abuelo decía cosas muy razonables. A ver que decimos nosotros cuando nos toque ser abuelos...

      Saludos, Manuel

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La pregunta del barbero

Un hombre llamado Juan asomó la cabeza en la barbería de Paco y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar para un corte de pelo?" Paco, mirando la tienda llena de clientes, respondió: "Unas dos horas." Juan se marchó. Unos días después, Juan volvió a asomarse y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar hoy para un corte de pelo?" Paco, observando la tienda, dijo: "Unas tres horas." Juan se fue nuevamente. Una semana más tarde, Juan regresó y preguntó: "¿Cuánto tiempo tengo que esperar hoy para un corte de pelo?" Paco, revisando la tienda, respondió: "Unas hora y media." Juan se marchó una vez más. Paco, intrigado, se volvió hacia su amigo Luis y le dijo: "Oye, Luis, hazme un favor. Sigue a Juan y mira a dónde va. Siempre pregunta cuánto tiempo tiene que esperar, pero nunca regresa."  Ver Las 20 leyes de la astucia Un rato después, Luis regresó a la barbería, riéndose a carcajadas. Paco, curioso, preguntó: "¿...

Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Estrategia sobre el uso de la información

Un hombre se va a dar una ducha en el momento que su esposa está terminando de hacerlo.  En ese preciso instante suena el timbre de la puerta. Estrategia sobre el uso de la información Después de algunos segundos de duda, ambos deciden que ella irá, por lo cual, se envuelve en una toalla, va, abre la puerta y se encuentra con el vecino de al lado de casa. Antes de que ella pronuncie una palabra el vecino le dice: - Le doy 1000 euros si deja caer la toalla en el suelo. Ella piensa unos segundos, se decide, deja caer la toalla y se queda en cueros frente al vecino que, después de unos segundos, mete la mano en el bolsillo, saca 1000 euros, se los entrega, da media vuelta y se va... Aún confundida, cierra la puerta rápidamente, se envuelve otra vez en la toalla y vuelve al baño a secarse el pelo. Cuando llega, su marido le pregunta quién había tocado el timbre. - El vecino de al lado -dice ella- y el marido le pregunta: - ¿Te devolvió los 1000 euros que le presté? Conclusión: S...

El gran susto de una viuda

Una pareja decide celebrar su 25 aniversario de bodas visitando el mismo hotel en España que habían elegido para su luna de miel. Llenos de emoción, llegan al aeropuerto, pero lamentablemente descubren que el vuelo está sobrevendido. La esposa le dice al esposo: —No te preocupes, cariño, tú toma este vuelo y yo iré en el siguiente, mañana por la mañana. El marido acepta y, para su deleite, al llegar al hotel descubre que todo sigue casi igual que hace 25 años. La única diferencia es que ahora la habitación tiene una computadora. Emocionado, decide escribirle un correo electrónico a su esposa para contarle que ha llegado bien.  Ver Cómo ser el mejor amante Sin embargo, en su entusiasmo, se equivoca en una letra de la dirección de correo electrónico y, sin darse cuenta, envía el mensaje a otra persona. Mientras tanto, en otra parte del mundo, una viuda acaba de regresar del funeral de su difunto esposo. Aún conmocionada y sumida en la tristeza, decide revisar su correo electrónico pa...

No mueras definitivamente con tus muertos

No mueras con tus muertos: honra su memoria viviendo. ¡Descubre el poder de amar más allá del dolor y sigue adelante! ¿Sabías que cuando lloras a tus muertos, lloras por ti mismo y no por ellos? Lloras porque los has "perdido", porque no los tienes a tu lado. Piensas que todo termina con la muerte. Y piensas que ya NO están aquí.  Ver  El poder de tu mente Entonces, si tus muertos ya no están allí, ¿dónde están? Si se han ido, o ahora están en otro lugar, ¿es ese lugar mejor que este? Sí, ese lugar es definitivamente mejor que este, entonces, ¿por qué estás de luto por su partida? Cuando hayas terminado de aceptar que "ya no están aquí", pero que todavía están en un lugar incluso mejor que este, porque donde están ya no están enfermos ni sufriendo. Entonces dejarás de llorarlos y los recuperarás en tu memoria para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo que has vivido. Si realmente los amaste, ámalos OTRA VEZ, y esta vez con mayor fuerza, con mayor pureza...