A la reina Isabel I de Inglaterra le gustaba especialmente el azúcar, prácticamente era una adicta.
Esta afición le que su boca se llenara de dientes negros, para colmo, acostumbraba limpiarse los dientes con miel para evitar el mal aliento, lo cual empeoraba el mal estado de su dentadura.
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Era tan caro que se consideraba un símbolo de estatus, indicativo de poder y riqueza y solo accesible a los muy ricos como he dicho anteriormente. De hecho, fuentes contemporáneas compararon el azúcar con las perlas y otras especias costosas.
Isabel I era particularmente aficionada al azúcar y ha sido recordada por su gusto por lo dulce. También era una firme creyente en proyectar una imagen de poder inmenso, por lo que el azúcar, cada vez más popular, era su aliado ideal.
Un hecho poco conocido es el estrago que su gusto por el azúcar le hizo a su boca, a los cincuenta años la mayoría de sus dientes estaban podridos, se habían caído o se habían vuelto negros.
La élite inglesa trataba de emular a la Reina con su peinado, maquillaje y ropa. Cuando sus dientes se pusieron negros, intentaron replicar su apariencia también, cuantos más negros los dientes, más estatus de poder aparentaban, e incluso aquellos que no podían permitirse la compra de dulces y azúcar, se teñían sus dientes de un negro intenso con hollín.
De esta manera, En la Inglaterra del siglo XVI y XVII, tener una dentadura negra y con piezas faltantes, como la de la reina, era indicativo de un elevado consumo de azúcar. Y como el azúcar era muy costoso, tener dientes negros por comer dulces, pasteles o tartas se consideraba un signo de riqueza y status social.
Otra de las cosas de la cual la reina Isabel I solía sentirse muy orgullosa, era la de tener piel blanca. En ese entonces, el color de la piel indicaba la riqueza y la clase social de cada quien. Los cortesanos y esclavos que trabajaban en el campo bajo el sol, tenían la piel tostada, mientras que los nobles y los burgueses adinerados apenas se exponían al sol, por eso su piel eran tan blanca.
Así que ya sabéis, la moda inglesa de los siglos XVI y XVII era la de empolvarse la piel para estar más blancos y teñirse los dientes de negro... todo por aparentar tener mayor estatus social...
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