Valentía de los alemanes en la II GM

Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo innumerables muestras de valentía alemana, como lo refleja el número de Cruces de Hierro otorgadas. 

Si bien muchos actos de coraje fueron realizados por soldados individuales, algunos involucraron a unidades completas, como el 12º Ejército bajo el mando del general Walther Wenck.

Ver Los "valientes" cuando ya no hay enemigo

A finales de abril de 1945, con la inminente caída del Tercer Reich, Berlín estaba rodeada por el Ejército Rojo. Las tropas soviéticas luchaban en las calles, y tanto el Reichstag como la Cancillería del Reich estaban a su alcance. Soldados y civiles alemanes intentaban desesperadamente huir hacia el oeste, buscando rendirse a los aliados occidentales y escapar del avance soviético.

En ese momento, el 12.º Ejército de Wenck estaba posicionado al otro lado del río Elba, frente a las fuerzas estadounidenses. Habría sido sencillo para Wenck rendirse, dado que estaban en una posición ideal para hacerlo, y nadie lo habría reprochado.

Sin embargo, Wenck tomó una decisión diferente. Ordenó a su ejército avanzar hacia el este, en dirección a Berlín, con el objetivo de abrir un camino para el 9.º Ejército, que estaba rodeado, y rescatar al mayor número posible de soldados y refugiados. Aunque había recibido la orden de atacar Berlín para salvar a Hitler, Wenck optó por desobedecerla. Le dijo a su personal: "El destino de una persona ya no importa... Nos acercaremos lo más posible a Berlín, intentaremos conectarnos con el 9.º Ejército y luego evacuaremos a todos los soldados y civiles que logren llegar al oeste".

El ejército de Wenck tuvo éxito. Rompieron las líneas soviéticas y mantuvieron un corredor abierto el tiempo suficiente para que unos 40,000 soldados y 60,000 civiles escaparan hacia el Elba, donde se rindieron a los estadounidenses.

La valentía y la abnegación de Wenck salvaron miles de vidas. El propio Wenck fue uno de los últimos en cruzar un puente medio destruido sobre el Elba, junto con soldados alemanes y refugiados, rindiéndose finalmente a las fuerzas estadounidenses en lugar de a los soviéticos.

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